sábado, 30 de mayo de 2015

EMOCIONES

Foto: Juan Carlos Vázquez
Ha sido para mí una semana de emociones. Primero con el fútbol (el miércoles la final, el jueves la celebración)  y luego con la ópera (Tosca, Teatro de la Maestranza). Tiene uno la suerte de ser sevillista,  y de un tiempo a esta parte mi equipo no hace más que darme satisfacciones. La última, hasta el momento, esta cuarta UEFA Europa League, que marca además un hito histórico al ser el primer club que lo consigue en el continente. Ahí queda eso. No siempre fue así, hay que reconocerlo, y por eso ahora hay que disfrutarlo doblemente. Emociones fuertes, de tensión a veces, de explosión de júbilo otras. Algo racionalmente inexplicable, ¡pero qué quieren que les diga! Eso hay que sentirlo, y el que no lo sienta se lo pierde. Pero también la ópera, la música en general, es capaz de transmitir fuertes emociones, de otro estilo, pero es por eso sin duda por lo que igualmente me apasiona.
Estando ya en el teatro el viernes a la espera del comienzo de la representación, con el aforo lleno, se me ocurrió una escena que hubiera sido propia del mejor cine surrealista: de pronto la terraza derecha saltaba al unísono: ¡¡¡forza Sevilla campeón!!! A lo que respondía la de la izquierda ¡¡lo lolo lolo lo-lo!!, y luego todo el teatro con palmas...ya saben, coreografía made in Sánchez Pizjuan. Hubiera estado fantástico, digno homenaje al campeón. Pero no, aquello era una ensoñación producto del cierto delirio que me produce la pasión del fútbol. Dice mi hija que me vuelvo un poco loco, y tiene razón. Las emociones de la ópera son más comedidas, más controladas, aunque a veces igualmente intensas. Hay que vivirlas sentado en la butaca, no pegando saltos agitando una bufanda. Puccini es un especialista en crear esos clímax de emoción. Quien no se haya conmovido profundamente  alguna vez escuchando alguna de sus famosas arias es para hacérselo mirar.
Nos ofrecía el Maestranza una nueva producción, en asociación con el Teatro del Liceo, encargada al director escénico  Paco Azorín. No estuvo nada mal, aunque algunos detalles podrían ser discutibles. Pero he leído unas declaraciones de Azorín, en las que quería resaltar que Scarpia perseguía a los artistas. Yo comprendo que los registas, tal como está esto montado, tienen que estrujarse el coco para aportar enfoques nuevos a sus producciones. El reconocido director yeclano creo que ha profundizado especialmente en el texto teatral  de Sardou,  pero en este aspecto pienso que está  equivocado.  Scarpia perseguía a los liberales. Perseguía a Angelotti, que no era artista, y a Cavaradossi, que era pintor, porque eran defensores de la libertad. Y a Tosca la perseguía por unos motivos que no tienen que ver ni con la política ni con el arte, sino simplemente  con el sexo. Así que las cosas no han cambiado tanto. Los liberales eran perseguidos antes por los poderes del Antiguo Régimen, la Iglesia entre ellos, y hoy por los nuevos poderes mediáticos y predicadores del pensamiento único, sobre todo en nuestro país,  para los que todo lo que huela a liberalismo o “neoliberalismo”, como prefieren decir, hay que arrojarlo a los infiernos. Y es que la libertad –la de los demás sobre todo-  es “mu” mala. Le podría sugerir algunos nombres concretos si algún director se atreviese a asumir esta idea.
Pero volvamos al tema de las emociones y de la música. El trío de voces protagonistas anunciado era de verdadera categoría y no defraudó en absoluto las expectativas. Tenía yo especial interés por ver a Jorge de León, el expolicía tinerfeño que saltó a la fama inesperadamente hace unos años en Madrid, una de esas historias fantásticas que depara de vez en cuando el mundo de la lírica. Y puesto que de emociones venimos hablando, para mí  el momento cumbre de la noche fue sin duda su aria del tercer acto. Habían sonado ya las campanas del amanecer romano, aunque en escena seguía presente una enorme luna. Mario recuerda sus encuentros con Floria cuando ve que la vida, que nunca había amado tanto, se le acaba. Su voz sonó potente y clara, con buen fraseo y sobre todo con mucho sentimiento. Su “..e muoio disperato!” sonó desgarrado, auténtico, verismo puro. El público estalló en una cerrada ovación Yo estuve a punto de gritar ¡gol!, pero grité ¡¡bravo!!, que es más apropiado. Por su parte, la soprano china Hui He fue una magnífica Tosca y también fue muy aclamada en su siempre esperada “Vissi d´arte..” En cuanto a  Ambrogio Maestri, a quien pudimos ver on line hace muy poco desde Múnich haciendo de Dulcamara, dio muestras de su versatilidad para componer ahora muy convincentemente el dramático papel del desalmado barón Scarpia.

Por cierto, que me han dicho que de León tiene afición por los caracoles que preparan en un conocido establecimiento especializado del Arenal, donde tienen una foto suya dedicada. A ver si con la excusa de los caracoles, o cualquier otra, se deja caer más por aquí y podemos verlo con frecuencia.

jueves, 28 de mayo de 2015

MI "TOSCA" ROMANA

 Habida cuenta de que la última ópera de esta temporada en el Teatro Maestranza será la popular “Tosca” de Giacomo Puccini, aproveché mi reciente estancia en Roma para visitar los lugares en los que se sitúa la acción de la obra. Hace ya bastantes  años (como veintitrés) la RAI produjo una representación en los lugares y a las horas en que se desarrolla la ópera, con Catherine Malfitano, Plácido Domingo y Ruggiero Raimondi, inicialmente retransmitida en directo, de la que conservo una grabación de una vez que la pusieron en Televisión Española.  Por cierto que Domingo y Raimondi andan todavía sobre los escenarios, aunque el tiempo no pasa balde.

El primer acto se desarrolla en Sant’Andrea della Valle, en el  ajetreado corso Vitorio Emanuele II, muy cerca de otra iglesia famosa como es la del Gesú. Si esta última fue la primera iglesia de los jesuitas, la de Sant Andrea lo fue de la orden de los Teatinos, fundada por San Cayetano, y que tiene en Sevilla dedicada una avenida allá por el Tiro de Línea. Si llegas a ella viniendo desde la cercana Piazza Navona por el corso del Renascimento ya desde lejos se van contemplando su fachada y airosa cúpula. En su construcción intervino, entre otros, Carlo Maderno, el autor de la fachada de la basílica de San Pedro. Al traspasar la puerta de entrada se deja atrás el ruidoso tráfico romano y se  entra en un espacio de tranquilidad y sosiego. Es la sensación de alivio que debió sentir el perseguido Angelotti (Ah! Finalmente!) al alcanzar el templo poniéndose temporalmente a salvo de sus perseguidores. Te encuentras con una iglesia amplia, luminosa y colorista y excelentemente cuidada (Recondita armonia di bellezze diverse…). Pero no hay ni rastro de la capilla Attavanti, ni de ningún cuadro de la Magdalena con los ojos azules.  En su lugar, la capilla Barberini. El altar mayor, obra de Fontana, con frescos de Preti y Domenichino,  es escenario perfecto para el Te Deum por la supuesta derrota de Napoleón en Marengo, con el que finaliza esta primera parte. 


La acción continúa en el segundo acto en el cercano Palazzo Farnese. Para llegar a él hay que coger a la izquierda a la salida de la iglesia e ir rodeándola. Por la parte de atrás se obtienen buenas vistas de la cúpula. Se pasa por las calles que conservan la traza del teatro Pompeyo. Incluso por algún pasadizo que bien pudo ser uno de los vomitorios del edificio. En el camino nos encontramos con el famoso Campo dei Fiori, presidido por la  estatua del filósofo Giordano Bruno.
El Palazzo Farnese (Miguel Ángel, Vignola, della Porta, Volterra, Salviati…) es  hoy la sede de la embajada francesa, y así lo indica la bandera que ondea en su fachada principal. Allí, en alguna de las habitaciones de la segunda planta, es donde Tosca (Vissi d’arte, vissi d’amore…) para librar a su amado Mario de las torturas que le infringe el malvado Scarpia, decide prometer sus favores al barón con la intención real de matarlo (Questo è il baccio di Tosca!).



Para llegar hasta el escenario del tercer acto se puede llegar al rio Tiber y seguir su ribera o volver al corso Vittorio Emanuelle II. Por cualquiera de las dos rutas se alcanza el puente que antecede al que en la antigüedad fue el mausoleo de Adriano. El Castel Sant’Angelo ha sido refugio de de papas en dificultades, y para ello está unido a las estancias  vaticanas por un pasadizo. También sirvió de prisión. De allí había escapado Angelotti al principio de esta historia, y es en la terraza de este imponente edificio  donde Cavaradossi contempla el amanecer de su último día de existencia (E lucevan le stelle). Para culminar la tragedia, también Floria pondría fin a su vida arrojándose desde ella al vacío.


La ópera fue estrenada en 1900 en el entonces Teatro Constanzi (hoy Teatro de la Ópera de Roma), en la plaza que lleva el nombre del tenor romano Beniamino Gigli, entre el Quirinale y el Esquilino, cerca de Santa María Maggiore y la Stazione Termini.

No sé cómo será la escenografía que Paco Azorín nos ofrecerá en el Teatro de la Maestranza, pero si no me convence, que espero que sí, no tendré más que cerrar los ojos e imaginar los escenarios romanos cuyo recuerdo aún conservo muy fresco en mi memoria.

martes, 26 de mayo de 2015

SUSPENSE

La noche electoral  fue larga. Tanto que a la mañana siguiente aún no se sabían los resultados definitivos de Sevilla capital. Unos problemas informáticos  hicieron que la tecnología, en lugar de acelerar el proceso, lo retrasara hasta extremos desconocidos en los tiempos recientes. Decía mi maestro que lo mejor es enemigo de lo bueno, y eso es a veces lo que pasa con la informática. Cuando va es magnífico, pero cuando te deja tirado no tienes escapatoria.  Sólo a media  tarde del lunes se han conocido  los resultados que pueden considerarse casi  casi definitivos. La verdad es que con el 95% de los votos escrutados era difícil que se produjesen cabios, pero  lo apretado del sprint final hacían necesario llegar hasta el final del conteo. Y es que la tarde había comenzado dando un claro triunfo a Juan Espadas en las israelitas, cosa que se vio confirmada con los primeros resultados oficiales. Sin embargo por no se sabe qué misterioso motivo resulta que el escrutinio iba más retrasado en aquellos distritos que son bastiones fuertes del PP, como es el caso de Los Remedios. Esto daba por tanto aún opción al vuelco, que efectivamente se produjo cuando ya eran cerca de las once, tomando ventaja entonces Zoido por un exiguo concejal.  Lo que al principio se presentaba como una catástrofe sin precedentes, al final quedaba maquillado por al menos la honrilla de cruzar la meta en primer lugar, aunque sólo sea  por un puñado de votos, cosa  que en todo caso se presenta a todas luces como  insuficiente. El resultado para el PP es por lo tanto en cualquier caso malo, porque pasar de veinte a doce concejales es un batacazo en toda regla. No sé si la responsabilidad  hay que achacársela a más a Zoido o a la racha negativa en que se encuentra su partido. Es un dato que el alcalde en funciones ha conseguido seis mil votos más que los que obtuvo el PP en las elecciones autonómicas de marzo, cuando todos los demás candidatos han empeorado esos resultados, con una abstención mayor en estos comicios  municipales, pero es un triste consuelo. Puede incluso achacarse exceso de confianza en un supuesto voto oculto que no reflejaban las encuestas…porque simplemente no existía. En cualquier caso los avisos en este sentido han venido sucediéndose desde prácticamente el inicio del mandato.  Quizá para obtener su histórica victoria de 2011 fueron excesivos los compromisos adquiridos que después no siempre ha sido posible satisfacer, por las circunstancias difíciles o por falta de capacidad. Sea por unos motivos o por otros es evidente que el PP ha perdido mucho en muy poco tiempo, y con ello una oportunidad histórica de consolidar su poder al menos en la capital de la comunidad autónoma que tanto se le resiste, y más que lo va a hacer tal como van las cosas. De todas maneras ese vuelco de última hora de la noche es importante, porque hace que Zoido parta con la limitada y relativa  ventaja que le da la ley en la nueva carrera de pactos y componendas que ahora se inicia. Todo el mundo ve claro que en este sentido lo tiene más fácil el PSOE. Espadas no ha ganado nada. Repite el mismo resultado de hace cuatro años. Sin embargo su propia e impúdica autoproclamación como próximo alcalde pone bien a las claras que está dispuesto a pagar lo que sea para lograrlo. A estas horas debe estar ya pidiendo precio. Un precio que me temo no pagará él sino los sevillanos. Pero no sabemos realmente cuál va a ser la actitud de las nuevas fuerzas en el consistorio: si de verdad van a ejercer una “nueva política” o al final se van a apuntar a lo de siempre. A lo mejor nos llevamos sorpresas. Zoido debe jugar sus bazas y no tirar ya de principio la toalla, como otras veces ha hecho el PP. En todo caso la incertidumbre y el suspense que ha caracterizado el recuento de las papeletas es posible que se mantengan hasta el mismo día 13 de junio.   

viernes, 22 de mayo de 2015

DOS CONTRA UNO...

Canal Sur perpetró anoche, con alevosía y premeditación, un debate entre algunos de los candidatos a la alcaldía de Sevilla en las elecciones del domingo. Tengo entendido que estaba grabado, pero la cadena pública no tenía mejor horario para ponerlo que a partir de las doce de la noche. Antes seguro que su interesantísima programación habitual no lo hubiera hecho aconsejable, so pena de provocar las iras del respetable. Creo que el debate no debió celebrarse, pues sólo intervinieron en él  las fuerzas políticas actualmente presentes en el ayuntamiento, cuando todo indica que va a haber también otros protagonistas -lo están siendo ya- que van a tener bastante que decir en el futuro, aunque ya veremos si tanto como se pronostica. Pero a pesar de esta y otras carencias me cogió en un mal momento y me quedé a verlo.
Algunas cosas me quedaron claras. La primera  que llamó mi atención de modo superlativo fue el descubrimiento del candidato de Izquierda Unida (@rojosevillano en los carteles tuiteros). Un  auténtico botarate con la cabeza muy poco amueblada, aparte de de maleducado. Yo siento utilizar estos términos, pero cuando alguien tiene la osadía de presentarse en público con pretensión nada menos que de gobernar la ciudad a partir del lunes (fue su frase más repetida) con tan escaso equipaje es lo menos que se puede esperar recibir. Ya por la mañana –no lo conocía en absoluto hasta ese momento- me había sorprendido con unas declaraciones en una entrevista en la que a las claras decía que no iba a cumplir las leyes que a él le parecieran injustas si gobernaba. Directamente carne juzgado de instrucción. El chico por ejemplo debe desconocer que el que haya desahucios o no en una ciudad no depende de los alcaldes, sino de los jueces. Y así todo. No sé si conseguirá siquiera acta de concejal. Si lo hace vamos a reír (o llorar) un rato.
El debate fue un clarísimo dos contra uno, en el que el muchachito de IU y Espadas hicieron causa común frente el actual alcalde. Los dos socios del anterior gobierno municipal bipartito, en una táctica tramposa, utilizaban el pasado según les convenía (ahora me interesa recordarlo, ahora no) pero a Zoido le conminaban constantemente a hablar del presente y del futuro, y a no recordar la catástrofe de ayuntamiento que se encontró en 2011. Espadas fue de alarmista (cuatro años perdidos, es su tesis) y de sobrado, porque él tiene fórmulas y soluciones para todo (lo que no dice es cuánto cuestan). Sobre todo tiene (oh mavaravilla!) un modelo de ciudad, que está dispuesto a imponérnoslo a todos los ciudadanos nos guste o no. Su modelo consiste fundamentalmente en bicicleta y alpargata con unos toquecitos de torrepelli, que debe ser para él, y los tipos como él, el súmmum de la “modernidad”. Su baza principal está, y lo dice sin pudor alguno, en que él conseguirá sacar adelante todos los proyectos que sus amigos de la Junta de Andalucía han boicoteado sistemáticamente  durante este mandato. Hace falta tenerla dura.
Ante tal situación Zoido estuvo aseado en su faena. Para mi es evidente que hay muchas expectativas que no se han visto satisfechas en su mandato, quizá por ser tan elevadas las que despertó su arrollador triunfo de 2011, y principalmente porque es que hemos vivido años verdaderamente difíciles. Pero pienso que se puede defender  claramente que la ciudad está mejor que hace cuatro años, y no como dicen los agoreros, que además oyéndolos pareciera que cuando gobernaban anteriormente sus partidos esto fuera el paraíso. El de IU hablaba de sus políticas de empleo y podría imaginarse uno que en Sevilla no hubiera habido paro en el 2007-2011. Espadas hablaba del funcionamiento de los Distritos y se podría figurar que fuera muy diferente en el anterior mandato (yo le puedo asegurar que no, y en algunos aspectos se ha mejorado). O hablaba del abandono de los Jardines del Guadalquivir como si fuera cosa de este gobierno, cuando es una situación cierta, pero que viene de más lejos.
En mi opinión, aunque esto parezca que la gente no le da mucha importancia, es fundamental el saneamiento de las finanzas municipales llevado a cabo en estos años, porque es lo que permite plantearse con confianza el futuro, que de otra manera estaría seriamente comprometido al poner en peligro la viabilidad de muchos servicios. Este saneamiento se ha conseguido además al tiempo que se mejoraban esos servicios. TUSSAM, LIPASAM o EMASESA son empresas municipales que están mejor que nunca. Es cierto que no ha habido grandes realizaciones, más allá de la consecución de la Zona Franca, pero no eran momentos para ello, ni creo que los esfuerzos de un  Ayuntamiento deban dirigirse inexcusablemente a enriquecer a unos cuantos constructores (léase por ejemplo Sacyr y sus setas venenosas, que nos han costado un riñón y más que nos pueden costar).

En definitiva el debate puso de manifiesto la disyuntiva a la que nos enfrentamos los sevillanos el domingo: elegir la continuidad de una gestión que puede no haber sido brillante pero sí al menos notable en muchos aspectos, sensata, decente y sin sobresaltos y que permitirá aprovechar las oportunidades que deparen los años que ahora se esperan mejores, o volver a las andadas de despilfarros, obras faraónicas, proyectos mesiánicos, mariscadas, concejales piqueteros u otras lindezas que los dos oponentes de Zoido, solos o en compañía de otros, a buen seguro, no hay más que escuchar a cada uno, nos tienen garantizadas.           

sábado, 9 de mayo de 2015

LA LIDERESA EN SU LABERINTO

Susana Díaz se las prometía muy felices la noche del domingo 22 de marzo cuando bajaba ante las cámaras por las escaleras aquellas de no sé dónde rodeada como una reinona por toda su corte de aduladores. Interpretaba que la voluntad popular expresada en las urnas la había señalado a ella como la inequívoca presidenta de la Junta, que hasta ahora ejerze por otro señalamiento, el del dedo de su antecesor en el cargo y actualmente imputado ante el Tribunal Supremo, José Antonio Griñán, cuando dio la espantá acuciado por los ERE.
      El resultado obtenido, en unas elecciones innecesariamente convocadas por anticipado, era pírrico, pero ella pensaría: “tengo hasta cuatro posibles parejas de baile para engatusar, alguno caerá”. Su tesis es la siguiente: debe gobernar la lista más votada. El PSOE es la lista más votada,  luego debe gobernar el PSOE (Pregunta impertinente -¿y si el PSOE no fuera la lista más votada? –mmm…pues también debe gobernar el PSOE, obviamente)
         Como esta señora se cree pues con derecho divino a gobernar, está como una fiera que se sube por las paredes porque no la invistan ya y se despeje cualquier incertidumbre al respecto. Está demostrando un talante deplorable y una falta de cintura propia de quien se cree la señora del cortijo y no está acostumbrada a otra cosa que a ordenar y mandar.
         Pero la situación es la que es y las cosas no le están  saliendo como esperaba. Ha intentado engañar a unos y coaccionar a otros, mas hasta ahora la estrategia no le ha funcionado, ni por una vía ni por otra. Su problema  radica en que, aunque ella se resista a admitirlo, la mayoría de los andaluces no queremos que gobierne. Así de claro y así de sencillo. Ningún votante de PP, Podemos C’s o IU quiere que lo haga, por lo que la formación  que se lo facilite tendrá que vérselas con su electorado.  Lo más normal del mundo pues, si se respeta la voluntad mayoritaria de los votantes,  es que no llegue a ser investida.  Si lo es será porque una vez más se impongan las componendas de los aparatos de los partidos sobre la voluntad real de los ciudadanos.
         Los apologetas de lo políticamente correcto, que habitualmente son los que se encargan de defender lo que le conviene al PSOE, andan por ahí diciendo que esta es una situación malísima para la comunidad y que la repetición de elecciones sería poco menos que una catástrofe. Yo lo veo de una manera muy diferente. El único miedo a que se vaya otra vez a las urnas deben tenerlo quienes, en mayor o menor medida, han cogido ya su parcelita de poder en forma de escaño parlamentario (por lo menos que me quede como estoy, dirá alguno). Pero los andaluces no tenemos nada que perder con ello y es una posibilidad legal y mucho más democrática que la de que los elegidos traicionen una vez más el mandato de sus electores. Sería preferible que el resto de fuerzas ajenas al PSOE fueran capaces de ponerse de acuerdo en un programa de mínimos para un tiempo limitado con el objetivo de desmontar el entramado que sostiene la estructura putrefacta del Régimen. Pero esto sería pedir demasiado de la capacidad de los políticos protagonistas. A falta de ello lo lógico es que se repitan los comicios. A mí que no me vengan con urgencias porque  después de treinta años el PSOE ha demostrado sobradamente que no es capaz de llevarnos a ninguna parte. Es más, no sólo no es capaz sino que no le interesa llevarnos a ninguna otra parte porque en esta en la que nos encontramos a ellos les va de escándalo. De ahí la absoluta falta de credibilidad de Díaz a la hora de ofrecer el oro y el moro para que la apoyen los demás grupos. Tengo claro que Maíllo, que es quien mejor debe conocer lo que valen los compromisos de Susana, no se va a dejar, aunque su formación sea la que menos razones de queja tenga respecto de un statu quo del que ha formado parte hasta antes de ayer. Menos confianza me ofrecen los pardillos (C’s y Podemos), aunque me da la impresión de que tras los primeros tonteos con el Régimen se han dado cuenta de que se juegan su supervivencia, y no querrán verse luego en la situación en que ahora se ve IU. En cuanto al PP espero que no cometa una vez más la estupidez de ceder a las presiones de quienes, en un arrebato de demencia o de poquísima vergüenza, quieren endosarle la responsabilidad de la situación. Claro que todo esto puede cambiar después del 24M, pero yo desde luego he hecho mis cálculos y constato que puedo sobrevivir perfectamente al menos hasta entonces sin que Susana Díaz sea investida presidenta. Porque si ahora la señora está como está, cuando lo consiga, si es que lo consigue, a ver quién la aguanta.



lunes, 4 de mayo de 2015

EMPRESARIADO SOCIALISTA

Corre por ahí una leyenda urbana según la cual los empresarios son por lo general amigos del liberalismo económico, y por tanto más afines a los partidos de la derecha, que suelen  defender estos postulados. Nada más lejos de la realidad, en un doble sentido. Primero porque no hay muchos partidos hoy día que gobiernen o tengan expectativas de hacerlo -ni de derechas ni de ninguna parte, ni en España ni en otros países de nuestro entorno- que sean realmente liberales, a pesar de que hay quienes gustan de poner por doquier la etiqueta de “neoliberal”, más que nada tratando de desprestigiar a determinados adversarios en una sociedad en la que la libertad cotiza poco.  Segundo porque los propios empresarios, al menos en este país  que todavía no se ha quitado del todo las legañas del paternalismo estatal franquista, son a lo sumo amigos de su propia libertad, como cualquier hijo de vecino,  pero no de la de los demás. Ellos prefieren, para empezar,  un estado protector de sus negocios, que les evite tener que luchar en la medida de lo posible con la siempre incómoda  competencia. Un estado que proteja su status frente a inoportunas iniciativas que puedan restarles cuotas de mercado. Ahí están los casos de UBER o de los hoteleros tradicionales  contra el emergente sector de los apartamentos turísticos. Los empresarios –los malos empresarios que son muchos de los que tenemos en España- prefieren también un estado, unas administraciones públicas, con las que sea fácil hacer negocios. Que concedan cuantiosas subvenciones para paliar su incapacidad para generar recursos por sí mismos, o que gasten el dinero a manos llenas en contratos y adjudicaciones que les favorezcan.   veces, más fácil que convencer  a muchos clientes para que voluntariamente compren tus productos es  convencer a una administración, que coactivamente se encarga de extraer el dinero de los bolsillos de los ciudadanos, para que acabe en el bolsillo del  sagaz  emprendedor.  Qué decir de aquellos empresarios que viven en gran parte del favor o el capricho político (léanse por ejemplo las actividades empresariales relacionadas con el urbanismo). Con tal de sacar rédito poco les importará  que el  responsable de turno cumpla o no las leyes. Si tantos políticos corruptos hay en España se debe en gran parte a que hay otros tantos empresarios dispuestos a corromper para sacar a delante sus negocios.
       Descartado pues que los empresarios españoles, en general y salvo honrosas excepciones, sean partidarios de la verdadera economía de libre mercado,  y por tanto de la menor intromisión, para lo bueno y para lo malo, de la administración  en la actividad económica,  poco puede extrañar, aunque ciertamente no sea habitual, el posicionamiento tan claro y rotundo expresado la semana pasada por presidente de la patronal sevillana,  Miguel Rus, en favor del candidato socialista a la alcaldía de Sevilla en las inminentes elecciones municipales, Juan Espadas. No hace sino expresar la forma que una gran parte del empresariado, especialmente en Andalucía, tiene de entender lo que es la actividad empresarial y su función en la sociedad, que al parecer siempre tiene que ir a remolque del poder político. Esta es sin duda una de las claves de la situación que vivimos en nuestra comunidad autónoma, en la que todo se supedita gustosamente a lo que disponga quien maneja lo que se publica en el boletín oficial.

          El sr Rus no sólo ha apoyado claramente y sin ambages al candidato socialista sino que ha denostado lo que ha sido la labor de la corporación municipal en los últimos cuatro años, en que el equipo de gobierno se ha dedicado fundamentalmente a sanear las cuentas  del Ayuntamiento, prácticamente en quiebra al inicio del mandato, antes que a seguir despilfarrando el dinero de los sevillanos para forrar a unos cuantos. Es normal que algunos empresarios echen de menos la época de Monteseirín. Quizá no los que han cobrado por fin sus facturas pendientes, después de años esperando, gracias al Plan de Proveedores, pero sí aquellos otros que hacían grandes negocios a costa de las depauperadas arcas municipales. Que se lo pregunten si no a SACYR, que, según hemos sabido también esta misma semana, se va a embolsar por las dichosas Setas otros treinta y seis millones de euros (unos  6.000.000.000 de las antiguas pesetas, por si alguien todavía no maneja bien los cambios)  a costa de todos los sevillanos,  gracias al regalo que el anterior alcalde les hizo en los últimos días de su mandato. No deja de ser significativo que el sr.  Rus sea precisamente presidente de la patronal de la construcción,  aparte de la CES. A los malos empresarios, los que no son capaces de crear riqueza si no es con favores y prebendas de la administración, este es el tipo de políticos que les gusta. No digo yo que Espadas tenga que ser igual que Monteseirín,  pero tampoco tengo motivos para esperar otra cosa cuando no le he oído decir ni mu sobre al asunto. A los sevillanitos de a pie nos debería preocupar muy mucho que el presidente de los constructores se muestre entusiasmado con el sr Espadas, porque me da la impresión que quienes tienen todas las papeletas adjudicadas para pagar los festejos de tan entrañable amistad, si el candidato socialista llega a la alcaldía, somos precisamente nosotros.  

domingo, 5 de abril de 2015

EPÍLOGO

Terminó. La semana más grande del año, en el sentimiento de tantos sevillanos,  pasó como un suspiro. Leve, presurosa, sin opción alguna al hartazgo, como queriendo dejar las ganas intactas a la espera de la del año próximo, para la que ya hay quien cuenta los días que faltan. Breve como un suspiro que va del blanco de los nazarenos del Porvenir al blanco de los nazarenos de la Resurrección. Idéntico atuendo inmaculado para el alfa y el omega de esta semana  que casi no da tiempo asimilar al ritmo al que transcurre desde que se pone en la calle la primera cruz de guía, hasta que traspasa el dintel de la puerta el último varal del último paso de palio. Casi sin darnos cuenta se nos ha ido, dejándonos un regusto agridulce en el que se mezclan la alegría pascual con la nostalgia de los días del gozo anticipado que para nosotros son los de nuestra semana mayor.  En este  maremágnum de horas y momentos que se suceden acompasada pero aceleradamente,  hace falta saberse  muy bien la nómina de las cofradías para  ubicar cada uno en su sitio, no sin trabajo a veces. Casi no me había dado lugar de saborear el inicio cuando ya me veía el Martes en La Calzá, vestido de nazareno de San Benito  para acompañar a las imágenes que venero desde niño.  Era el Viernes por la mañana viendo la Macarena en la calle Relator, y me parecía que era el día anterior cuando había visto a Antonio Santiago mandando el palio de la Virgen de los Dolores al compás de Saeta Sevillana por la calle Tetuán. Era Viernes por la tarde cuando pasaba con mi hermandad de la Sagrada Mortaja por San Juan de la Palma y sentía la sensación de que era la noche anterior cuando allí mismo había visto entrar la Amargura.  Iba el Jueves en busca de la cofradía de los Negros por la plaza de Pilatos, en ese atardecer de luces inciertas y vencejos, y me asaltaba la impresión de que acababa de de dejar allí al palio de Gracia y Esperanza embocando Caballerizas tras saludar a las religiosas del convento  de San Leandro. En este año además con pleno de salidas, algo inusual en este siglo,  son muchos más los recuerdos y vivencias que se agolpan, que se empujan unas a otras como en una bulla, esperando que el tiempo las asiente y las ponga en sosegado orden. Es momento ahora para rememorar con reposo lo vivido. Desde que comenzaran alargarse los días y a templarse la luz, desde que las cenizas nos recordaran el sentido penitencial de la cuaresma,  desde que comenzamos a celebrar nuestros cultos de regla, desde que empezamos a limpiar plata y montar pasos… No todo lo que hemos visto y oído ha sido bueno ni agradable. Balance hay que hacer, como no, de ello. Hay elementos muy nocivos para nuestra celebración que viene adulterándose en muchos aspectos. Pero en este atardecer del día primero de la semana, cuando los discípulos que iban camino de Emaús se encontraron de nuevo con Jesús, ya resucitado, al que no reconocieron inicialmente, y que es por eso día para la alegría y no para la tristeza,  dejadme que me recree con el recuerdo de lo bello y lo sublime que aún contiene, que es mucho,  y Dios quiera que por mucho tiempo, nuestra Semana Santa de Sevilla. Y que esos recuerdos mantengan intacto, con el paso de las estaciones que se irán sucediendo hasta entonces, mi anhelo de vivirla una vez más con intensidad el año próximo. 

viernes, 3 de abril de 2015

TARDE DE VIERNES SANTO

Al atardecer del Viernes Santo, todo se ha consumado. El peso de la tragedia del Dios hecho hombre cae como una losa sobre la humanidad. Es el gran día de luto para la Iglesia. Según los textos sagrados una densa oscuridad había cubierto la tierra desde el mediodía hasta las tres de la tarde. El sol se había eclipsado, según había predicho el profeta Amós

Sucederá aquél día que en pleno mediodía yo haré ponerse el sol, y cubriré la tierra de tinieblas en la luz del día ..lo haré como duelo de hijo único….

Sí, parece como si Dios hubiera cerrado los ojos para no ver la muerte de su Hijo. La oscuridad cubrió aquella tierra palestina durante varias horas. ¡Qué sensación de fracaso, qué  abatimiento debió cernirse sobre aquellos pocos discípulos que decidieron seguir a  Jesús hasta el final porque sólo Él tiene “palabras  de vida eterna”!

Jesús había pasado en pocos días de ser el rey aclamado entre palmas y ramos de olivo, a ser el reo ajusticiado, abandonado incluso por muchos de los suyos. Sólo unos pocos fieles permanecen con Él hasta darle sepultura. Ahí están José de Arimatea, que era discípulo pero lo ocultaba por miedo a los judíos pues era también miembro del sanedrín y había pedido permiso a Pilato para descender el cuerpo del crucificado. Llegó también Nicodemo, con unas cien libras de una mezcla de mirra y áloe. Juan, el discípulo amado que permaneció siempre al pie de la cruz, como  María Magdalena, María de Cleofás y María Salomé, rodeando todos el cuerpo inerte del  Maestro que es sostenido piadosamente  en los brazos de su Madre para envolverlo “en lienzos con aromas, como acostumbraban los judíos a sepultar”.

Eran los momentos de duda, de zozobra, de incredulidad ante lo que estaba pasando, como tantos que nos asaltan en la vida cuando las cosas no resultan como esperábamos ¿pero cómo puede pasarme a mí esto? ¿pero cómo puede permitir Dios  que ocurra tal cosa? No tenemos los cristianos una explicación clara acerca del por qué de tales sufrimientos, que incluso el propio Dios padeció cuando habitó entre nosotros, pero sí una propuesta de respuesta en forma de atención piadosa y compasiva hacia los que sufren siguiendo el ejemplo de nuestra Madre. María,  Madre de Piedad y Misericordia, decimos los hermanos de la Sagrada Mortaja cuando rezamos el Rosario. Pues eso, un poquito más de piedad y un poquito más de misericordia aliviarían  muchos sufrimientos  en el mundo.

Es dura la tarde del Viernes Santo, es terrible. Los hermanos de la Piedad salimos a la calle y presentamos a Cristo muerto. Ahí está, el cordero inocente, sin mancha,  muerto por nuestros pecados. Nos lo recuerda el Evangelista San Juan:

Existía la luz verdadera, que con su venida a este mundo ilumina a todo hombre.
Estaba en el mundo, el mundo fue hecho por él, y el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos  y los suyos no lo recibieron ...

Dios se ha encarnado rebajándose a asumir nuestra propia condición y esta es la respuesta que ha recibido de su criatura. Pero es que esto no es una cosa que pasara hace dos mil años. Es que Cristo muere cada día  y a cada hora cuando el hombre se rebela contra su Creador y rompe los lazos con Él.  Cristo muere cuando la codicia y la avaricia de unos cuantos es causa de la pobreza y la miseria de otros muchos. Y Cristo muere cuando alguien cae en la marginación o en la desesperanza porque nadie le tiende una mano de amistad y de cariño. Y Cristo muere en las víctimas de las guerras y de la violencia fanática.  Y Cristo muere  porque estamos implantando una cultura en  la que la vida humana es algo mercantilizable, manipulable y prescindible cuando no nos interesa. Y muere cuando el afán de lucro y de poder nos lleva a no tener más meta que el éxito económico o profesional sin importarnos a quienes ni cómo -acaso de nuestra propia familia, acaso amigos o compañeros-  vamos dejando en el camino.. Y Cristo muere tantas y tantas veces....hay tantos Viernes Santos aunque sólo rememoremos uno...


Sí, el que era luz del mundo baja al reino de las tinieblas. Pero nosotros, sus seguidores, que anunciamos su muerte, al mismo tiempo proclamamos su resurrección. Porque, por designio del Padre, Cristo, en primicia, ha vencido al último adversario del hombre: la muerte misma. Por eso estamos aquí. No estamos  para recrearnos en la contemplación del mal de la muerte, sino para celebrar el triunfo, a pesar de todo, del bien  y  de la vida. Porque pese a todas nuestras miserias la misericordia de Dios nuestro Padre así lo quiere para nosotros. Por esa fe y esa esperanza en la Resurrección es por lo que  en la desolación  de una noche trágica puede surgir la dulzura de una  de una estampa como la que contemplamos en nuestro paso. Lo que predomina en él no es una imagen de desesperación y angustia, sino de ternura.   Sin esa visión desde la fe en la resurrección no sería posible, no tendría ningún sentido. Jesús habría sido un fracasado más de la historia devorado hace tiempo en las fauces del olvido. Nosotros hoy, sin embargo, queremos seguir siendo testigos suyos, como aquellos primeros seguidores que permanecieron fieles al pie de la cruz, y aportamos al mundo un mensaje de esperanza.

sábado, 28 de marzo de 2015

BARENBOIM Y LA SEMANA SANTA

Daniel Barenboim es uno de los mejores directores de orquesta del mundo (para algunos el mejor) aparte de afamado y precoz pianista (debutó en su Buenos Aires natal a la edad de siete años). Como es lógico ha dirigido a las principales formaciones musicales, desde la English Chamber Orquestra a las Filarmónicas de Viena y Berlín, pasando por la New Philharmonia Orchestra, la Orquesta Sinfónica de Chicago, la Filarmónica de Londres, la Orquesta de París o la Staatskapelle de Berlín, aparte de haber fundado su propia orquesta, la West-Eastern Divan (WEDO). Como consumado wagneriano, a pesar de ser judío, ha dirigido repetidamente en Bayreuth, así como en el resto de los principales templos de la ópera.   Ha sido también director musical general de la Deutsche Staatsoper (la ópera estatal de Berlín conocida como Unter den Linden)  y  del Teatro alla Scala de Milán. Es en esta última ciudad donde ocurrió la anécdota que motiva este comentario.
 
En el prestigioso marco de la más famosa sala de conciertos y de ópera de Italia, Barenboim ofrecía como pianista probablemente su última actuación siendo aún director del teatro, antes de que tomase su relevo el milanés Riccardo Chailly. Era el 22 de diciembre del pasado año y como curiosidad diré que el precio de las entradas iba desde los muy módicos 6,5.-€ hasta los 85.-€. Iba a comenzar el concierto, con el que se completaba el ciclo de las sonatas de Franz Schubert, y a la derecha del escenario eran  repetidos los fogonazos de flash que rompían la penumbra ambiental que es habitual en estas ocasiones. El célebre pianista abordaba las primeras notas de la sonata D845 del compositor alemán, y los fogonazos no cesaban. Barenboim interrumpe de pronto la interpretación, se levanta y se dirige hacia la persona que perturbaba su concentración con el dichoso flash, que además al parecer no era la primera vez que lo hacía y había sido ya reprendida en días anteriores por el maestro, aparte de que  como es sabido, en las salas de concierto está habitualmente prohibido hacer fotos, con o sin flash. ”Señora -le espeta, genio y figura, Barenboim- yo intento darle lo mejor pero usted no lo respeta. Se lo he dicho en cada concierto, la primera vez en tono amable, pero esta vez ya va en serio. Los que hacen fotos durante los conciertos son maleducados” concluyó su reprimenda el artista entre los aplausos del público, antes de reemprender la sonata schubertiana.

No sé si Barenboim habrá contemplado alguna vez nuestra Semana Santa, a pesar de que hace ya tiempo que viene por aquí todos los años. La última vez en el mes enero para ofrecer el concierto con programa mozartiano –como director y pianista a un tiempo- que ya comenté. Si lo hiciera podría contemplar como en este caso no es una señora sino cientos o miles de criaturitas con teléfono o cámara en ristre los que rompen son sus flashes el recogimiento de la oscuridad en tantos rincones de la ciudad al paso de nuestras cofradías. A la estética barroca de nuestras hermandades no les va el exceso de luz eléctrica, y cuando solicitan incluso al Ayuntamiento que se apague el alumbrado público en tal o cual calle o plaza no es precisamente para que ahora venga a estropearse el ambiente de penumbra tenebrista que se crea con otros elementos lumínicos que no sea la propia luz de cirios y velas. A todos esos que con muestras de un egoísmo exacerbante no tienen reparo en molestar la visión de los demás para llevarse ellos su fotito a casa les diría:

“Señoras y señores, las cofradías intentan darles lo mejor que tienen, pero ustedes no lo respetan.  Los que hacen fotos con flash a los pasos, especialmente en lugares expresamente oscurecidos, son unos maleducados” 


(El discurso podría repetirse con otros elementos perturbadores: el móvil que suena en el momento de silencio, el aplauso a destiempo, la pandilla de niñatos que van armando jaleo… Escójanlos ustedes mismos y dense el gusto, como Barenboim, de cantarle las cuarenta a los impertinentes. Pero no se olviden de una cosa: disfruten todo lo que puedan mientras les dejen).





jueves, 26 de marzo de 2015

EL VOTO CAUTIVO



                                                                                     (Viene de la entrada anterior)

El triunfo electoral del PSOE en las elecciones del domingo  -acosado como nunca por los casos de corrupción, con dos expresidentes citados a declarar ante el Supremo, con nada que presentar en cuanto a resultados de su gestión, etc, etc-  no se debe en este caso, según veníamos diciendo en días anteriores, a sus propios méritos ´-aunque Susana Díaz ha tenido la habilidad de aparentar que ella no tiene nada que ver con el pasado-  sino fundamentalmente a la absoluta incapacidad hasta la fecha de sus adversarios de construir alternativas sólidas y fiables para desbancarlo del poder. Y esa  responsabilidad  principalmente correspondía al PP, vencedor en la anterior convocatoria electoral, y ha fallado estrepitosamente. Hasta tal punto de que incluso  es posible que ya en el futuro no le corresponda ese papel.
Ya está bien de echar las culpas al PSOE y a los votantes del PSOE. Cada uno vota según sus intereses. El PSOE, al menos en Andalucía, sabe muy bien lo que quieren sus votantes, y otros partidos parece que no saben, o no quieren saber,  lo que quieren los suyos.  Si,  ya sabemos que los socialistas hacen trampas, que el régimen es corrupto, que parten por ello en situación de ventaja –ahí está el vídeo escalofriante de la Sabalete: pura mafia-, pero no es posible que estén en contra de la corrupción quienes han hecho de ella  su modus vivendi. No vamos a convencer de que la corrupción es perversa  a quienes se benefician  de ella. De esto habrán de ocuparse los jueces –a ver si se dan un poco más de prisa-  pero mientras tanto habrá que descontarlo  políticamente. Pretender la conversión del pecador, si no es metiéndolo en la cárcel, es propio de la religión, no de la política.
Ahora bien, lo que no es verdad es que  Andalucía en su conjunto esté conforme con la situación deprimente en que vivimos ya por más de treinta años, siempre en la cola de todo, menos en paro y corrupción. Habrá muchos que sí, porque les va bien con ella (mejor de lo que hubieran podido nunca imaginar). Pero la mayoría de los andaluces en las últimas convocatorias electorales se inclina por otras opciones.  El PSOE, con todas sus malas artes, ha conseguido un millón cuatrocientos mil votos. Hasta seis millones y pico de electores hay una diferencia. El problema es que nadie es capaz de aglutinar la fuerza necesaria, en la misma dirección -y no en sentidos divergentes- para desbancar esa hegemonía.
Todo el mundo se queja del voto cautivo del PSOE. Pero es que el PP también ha jugado peligrosamente al voto cautivo, pensando que su fiel electorado iba a votarle “sí o sí” a la hora de la verdad, porque no tenía alternativas. La diferencia es que el PSOE al menos se ocupa de “regar” a su voto cautivo, y el PP al contrario, se ha dedicado en estos años a hacerle perrerías. Y al final el electorado de derechas se ha mostrado mucho más crítico con los suyos que lo que suele hacer la izquierda, siempre presta a cerrar filas. Al PP le ha salido mal su juego del voto cautivo, y más caro que le puede costar como Ciudadanos haga las cosas medianamente bien, porque la gente va a ver que no se trata  ya de un mero desahogo, de una canita al aire,  sino una verdadera alternativa.
En esa desafección de los votantes, como en la forma de elección del candidato,  también hay un responsable principal: Mariano Rajoy. No se puede gobernar en contra de los que te han elegido y que no pase nada. Afortunadamente esto es así, porque es que si no estaríamos hablando de que la gente es tonta. Es cierto que muchos de los sacrificios económicos han venido impuestos por la coyuntura y probablemente eran necesarios. Pero los ciudadanos no percibimos que haya habido un sacrificio equiparable por parte de la administración, cuya elefantiásica estructura sigue intacta y no parece que haya intención de tocarla. También ha habido otras muchas cuestiones que no eran económicas (reforma de la justicia, política antiterrorista, aborto….) y en las que sin embargo igualmente y con el mismo desahogo se han incumplido las promesas. 

Harían bien las cabezas pensantes del partido en mirar un poquito hacia abajo, hacia la sufrida y fiel militancia que ha asistido más perpleja que otra cosa a toda esta peripecia. Olvidarse de la unidad forzada, abrir el debate y ponerse al día en los usos políticos,  porque quizá los del pasado ya no sirvan en el futuro. La gente de abajo del PP (votantes, militantes) ha perdido gran parte de la ilusión. Votar a alguien porque no hay más remedio es algo que el personal no está ya muy por la labor de hacer. Hay que buscar los resortes para relanzar esa ilusión o se buscará en otra parte. Porque somos muchos los andaluces que no nos resignamos a que nuestra tierra, por incapacidad de unos y otros,  siga siendo una de las regiones más atrasadas de Europa cuando debía ser de las punteras. Se lo debemos a nuestros hijos.             

miércoles, 25 de marzo de 2015

EL CANDIDATO

(Viene de la entrada anterior)

Así que Arenas, tras su amarga victoria de 2012,  pegó la espantá, tomó el olivo y se subió al tendido de Madrid para seguir no obstante, desde allí, intentando controlar la lidia de aquél toro que no había querido ni ver de cerca. A Juan Ignacio Zoido le esperaba una difícil tarea que además le restaba mucho tiempo a su ocupación fundamental que debía haber sido siempre el Ayuntamiento de Sevilla.
Yo escribí entonces que Zoido me parecía el que mejores condiciones reunía en tales circunstancias, indeseadas, pero siempre pensando en que sería una situación transitoria hasta dar con el nuevo líder que pudiera optar a la presidencia de la Junta. El problema es que esa transitoriedad duró demasiado. Fueron dos años perdidos, en los que las estructuras del partido se renovaron poco, siempre con la premisa de la unidad, la unidad y la unidad. La inútil y estéril unidad que anula el sano debate político.
Para mí hubo un momento clave: cuando la dimisión de Griñán habría sido una oportunidad idónea para al menos optar a la investidura y hacer ver que seguía habíendo un proyecto alternativo para Andalucía. Pero la formación  mayoritaria en la cámara no estaba para nada, perdida aún en su laberinto.
 Mientras tanto en Madrid andaban tan ocupados intentando sacar a España de la crisis que se olvidaban de los compromisos adquiridos con los votantes, e incluso de los principios del partido. Pero Rajoy sí que tuvo tiempo para finalmente dedicarnos unos minutos a los andaluces para imponer a su candidato. Creo que ahí  Zoido se equivocó  al empecinarse en la alternativa única de José Luis Sanz, afectado ya por el caso Tomares, que lo hacía muy vulnerable. Lo ideal es que se hubiera concurrido a un congreso con dos o tres candidatos, pero la sacrosanta consigna de la unidad no lo permitió. El propio Sanz no se atrevió a tomar la iniciativa y esperó y esperó el dedazo, hasta que el dedo apuntó hacia otro lado. Zoido, que al final ha sido uno de los damnificados del proceso, tuvo que soportar que le pagaran los servicios prestados imponiéndole un candidato que no era el suyo.

 Y  aquí viene Juanma Moreno, un señor encantador, un anti prototipo de señorito andaluz, un tipo que ha demostrado poder estar por encima de Díaz,  pero que, partiendo con el estigma de venir impuesto de Madrid, hasta ahora creo que pocos han llegado a poder catar  si es carne o pescado. Desde que llegó no se ha visto muy claro si lo que quiere es acabar con el régimen instaurado por los socialistas en Andalucía o más bien heredarlo. ¡Si hasta llegó  a ofrecer su apoyo a Susana Díaz en sustitución del de IU cuando la crisis de la Corrala Utopía!  El partido que había ganado las anteriores elecciones ofreciendo apoyo para que gobierne quien las perdió ¡eso dónde se ha visto! Así es normal que incluso criticara  que se adelantaran los comicios cuando a Susana le vino bien deshacerse del  socio que la había mantenido en la poltrona. Cuando una fuerza es alternativa de gobierno lo que tiene es que estar deseando de tener una oportunidad para alcanzarlo. Pero en el PP se han hecho las cosas tan mal que al final el resultado no podía ser otro, y se sabía y esperaba de antemano,  hasta el punto de  temer  tener que acudir a las urnas. Que no me cuenten que ha sido cuestión de tiempo porque ahí tienen a Marín, que a ese sí que no lo conoce nadie, y ha sacado nueve diputados. Lo que pasa es que cuando la gente piensa que le han  tomado  el pelo,  basta que aparezca uno medio qué para que se eche en sus brazos, aunque sólo sea para dar celos. Al menos hasta que este también –quién sabe- se lo tome. Pero la culpa no es de Moreno, sino de Rajoy que lo impuso. Él es el responsable inmediato del descalabro. Y lo peor es que parece no haberse enterado.

martes, 24 de marzo de 2015

DEBACLE

Se acabaron las especulaciones. Hablaron las urnas. Ya no hay encuestas encima de la mesa sino  resultados. Y lo que ocurrió era lo que se esperaba: de nuevo victoria del PSOE, pero con la particularidad a mi juicio de que estas elecciones, más que ganarlas Susana Diaz, las perdió el Partido Popular. El PSOE perdió apoyos, pero donde hubo una huida masiva de votantes -hasta medio millón, que se dice pronto, un tercio de los votos obtenidos en anteriores comicios- fue en el partido que ha sido primera fuerza en Andalucía en los últimos años. Una derrota pues que hay que calificar de debacle sin paliativos y que no por esperada resulta menos dolorosa para los que hemos confiado en su momento en que la formación azul podía ser la llave del cambio que necesita  Andalucía para despegar.
Una derrota que empezó a gestarse en el propio balcón de la calle San Fernando la noche misma de la victoria muy digna pero insuficiente de las elecciones de 2012. Javier Arenas no supo asimilar el mazazo de aquella decepción (eso sí que no se esperaba) y a los pocos días cogió la puerta de forma sorpresiva dejando al partido  en la estacada y sumido en el estupor. Arenas es el primer responsable de lo que ocurrió el domingo. Es compresible que como persona estuviese inicialmente hundido por no haber alcanzado el objetivo tras tantos intentos y teniéndolo tan cerca. Pero su irse para no irse, esto es, para quedarse entre bambalinas, que es donde ha estado todo este tiempo, hizo mucho daño al partido que de buenas a primeras, cuando nadie lo esperaba se vio sin líder y sin saber muy bien a dónde ir. Le dejó el marrón a Juan Ignacio Zoido, que era la única persona que en aquél momento podía hacerlo, aunque ello tuviera unos costes que veremos si no se acaban pagando también con la pérdida de la alcaldía de Sevilla. Arenas es responsable doblemente porque al irse precipitadamente él sabía que su sucesión no era fácil  en tanto que durante años había manejado el partido de forma absolutamente personalista, sin dejar que a su alrededor creciera nadie que pudiera hacerle sombra. Él tenía que haberse quedado a pilotar esa travesía del desierto y no marcharse a seguir intrigando desde Madrid, dejando aquí que se quemaran otros. Porque además su marcha no supuso ninguna catarsis en el partido. Simplemente corrió el escalafón. ¿Era Arenas el único culpable-responsable de que no se hubiese alcanzado la mayoría absoluta en aquellas elecciones? Pues cualquiera diría que sí, porque salvo él aquí no se movió nadie más. Así que el partido se queda sin su líder natural pero con todo el aparato que no había sido capaz de llevarlo al triunfo.

Ahora Javié, como dicen que le llaman los que lo adulan en privado, vuelve a aparecer en el modesto cuarto puesto de la lista de Almería. ¿Para qué? ¿No había nadie que pudiera ocupar esa plaza? Volverá a sentarse en el parlamento del que ha estado ausente en los tres últimos años, después de llevar al partido a su mejor resultado histórico. Pienso que hubiera sido un buen presidente para la Junta, pero desde entonces no ha hecho sino sentar las bases  del hundimiento del domingo. Es su primer responsable, y todavía no le he escuchado decir palabra. Pero lógicamente hay más. 

sábado, 21 de marzo de 2015

EL PÚBLICO

        “El público” es el título de una obra de teatro surrealista de Federico García Lorca que sirve de base al libreto de Andrés Ibáñez para una ópera  con música de Mauricio Sotelo recientemente estrenada en el Teatro Real de Madrid, uno de los últimos proyectos del malogrado Gerard Mortier. Lorca trataba en esta obra, probablemente por primera vez en España, el tema de la homosexualidad masculina. Una pieza por tanto provocativa, que tardó cincuenta y seis años en estrenarse, con la que el poeta  granadino pretendía  apartarse del teatro convencional burgués y adentrarse en el  drama de lo real y auténtico, pero que no siempre se ve: lo que llamaba “el teatro bajo la arena”. Lorca consideraba que uno de los mayores problemas para la renovación del teatro era precisamente el público, de ahí el título, ese público burgués y convencional, reacio a apartarse de esos convencionalismos.
Pero no iba a hablar del estreno mundial de esta obra, sino de otro estreno, en este caso en España, de la también ópera contemporánea "Doctor Atomic", de los estadounidenses John Adams (música) y Peter Sellars (libreto), en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. Ya escribí acerca de lo que me pareció la representación el día de su estreno. Creo que ha sido sin duda uno de los acontecimientos culturales del año en nuestra ciudad el hecho de que por primera vez  hayamos podido asistir aquí a la puesta en escena de una ópera del siglo XXI. Cosas como esta, o como la  representación del ciclo completo del Anillo, son de las  que marcan las diferencias. Una "Traviata" o una "Bohème" (ojo, que me encantan Verdi o Puccini) se representan con producciones y elencos baratitos en cualquier teatro de provincias.  Pero esto  es otro nivel. No son tantos los teatros del mundo que programan ópera contemporánea. De hecho, la de Adams había sido representada anteriormente desde su estreno (2005) en no más de siete escenarios.
El problema estriba precisamente en el público. Al público tradicional de ópera no suele gustarle la contemporánea –como seguramente al público de su tiempo no le gustase el teatro vanguardista de Lorca- y eso hace que se programe poco. Quizá precisamente por esto, cuando se anunció la sorpresiva inclusión de “Doctor Atomic” en la programación de la temporada 2014-2015 se adujo que era una oportunidad para atraer nuevos públicos. Incluso creo que se contempló  la posibilidad de añadir una cuarta representación, a las tres previstas inicialmente, para un público más joven. La verdad es que pese al magnífico resultado artístico, el experimento, desde el punto de vista “comercial” no ha tenido mucho éxito. El día del estreno, a las siete de la tarde quedaban en taquilla 363 entradas,  y en las dos representaciones siguientes han debido de quedar sin venderse del orden de setecientas en cada una de ellas, sobre un aforo de mil ochocientas localidades, y eso incluso después de promocionar con descuentos del 75% para los jóvenes menores de veintiséis años. Entonces yo me planteo: ya sabemos que al que le gusta Mozart o Bellini no tienen por qué gustarle Adams o Glass, pero ¿dónde está esa Sevilla que siempre se queja de que aquí sólo se promociona lo que ellos consideran cutre o casposo? ¿Es que no era esta una  oportunidad para haber abarrotado el teatro reivindicando la apertura a la vanguardia? La ocasión era perfecta: música actual, tema con compromiso político….¿No será que esos que tanto se quejan no son tantos? En contraposición, mañana domingo el Maestranza volverá a llenarse sin duda, pero esta vez con un público muy diferente. Será la Sevilla tradicional y cofradiera  la que lo tome para escuchar el Pregón de Semana Santa. Les guste o no a los señores de la gauche divine sevillana esto es lo que hay: esta es la mayoría social en Sevilla, que merece todo el respeto.

Afortunadamente para mi soy un melómano de amplio espectro. Puedo disfrutar tanto con la banda del Maestro Tejera como con la música culta actual. Pero tenemos que reconocer que a día de hoy esta última tiene escaso público en Sevilla. En estas circunstancias, yo aplaudo la iniciativa de los responsables del  Maestranza que se han atrevido a marcar este hito en la historia musical de la ciudad,  y confío en que a pesar de la falta de público  -habrá que irlo consiguiendo poco a poco- la representación de este tipo de obras se vaya haciendo habitual entre nosotros. Algunas de ellas es posible que lleguen a ser clásicas en el futuro, y hay que estar en él desde ya.       

sábado, 14 de marzo de 2015

BIENVENIDOS AL SIGLO XXI

Me preguntaba una vez un amigo, no muy versado en estos temas "¿ah, pero se siguen componiendo óperas actualmente? Yo creía que eso era cosa del siglo XIX". Pues claro que se sigue componiendo ópera en la actualidad, y bastante. Lo que ocurre es que no llega habitualmente al gran público. Se estrenan, normalmente por un encargo o en festivales especializados,  y después vete tú a saber si vuelven a reponerse. La ópera  no es hoy tan popular como pudiera serlo en centurias pasadas, porque ha sido desplazada por otras formas de arte y entretenimiento más asequibles al bolsillo, y además la contemporánea padece  el problema de todo el arte de este tiempo, bastante más difícil en su comprensión que las formas tradicionales. He tenido sin embargo la suerte de poder conocer en los últimos años, gracias a internet, un buen número de títulos contemporáneos. Empezando por las ya “clásicas”  “Einstein on the beach” (P. Glass, 1976) o “Nixon in China” (J.Admas, 1987) y siguiendo por las más recientes “Babylon” (J. Widmann, 2012), “Written on skin” (G. Benjamin, 2012), "The perfect american" (P.Glass, 2013) "In the penal colony" (P. Glass, 2000) "Mileva" (A. Brevalov, 2011), "Broukeback Mountain" (C. Wuorinen, 2014)  o "El público" (Mauricio Sotelo, 2015, que tuve la oportunidad de ver la semana pasada sin ir más lejos) entre las que recuerdo en este momento. También conocía  Doctor Atomic  la ópera de John Adams con libreto de Peter Sellars, estrenada en  San Francisco en 2005,  pero nunca había contemplado una de estas obras en directo. El Teatro de la Maestranza me ofrecía esta posibilidad el viernes con el estreno en España  de esta última obra,  que suponía además la primera vez que en Sevilla se representaba una ópera de este mismo siglo.
Doctor Atomic es una ópera evidentemente diferente a cuanto habíamos visto por aquí antes. La música de Adams se basa sobre todo en el minimalismo, pero bebe eclécticamente de otras muchas fuentes, hasta de la música religiosa (¿qué es sino un miserere la intervención de Oppenheimer, con texto de los Sonetos Sacros de J. Donne, al final del primer acto?).  No es una ópera de amores, ni de héroes, ni de embrollos cómicos …es una ópera de  terror.  Del terror que siente la humanidad  al asomarse al abismo de la posibilidad del  holocausto nuclear. Una ópera de terror en la que no obstante hay lugar para la ternura que aportan los personajes femeninos de Kitty Oppenheimer (el amor debe imaginar elmundo..) y Pasqualita. Trata sobre el  primer ensayo de explosión de una bomba atómica, llevado a cabo en 1945 en Los Álamos (Nuevo México), como paso previo a su utilización en la guerra contra Japón, si bien el libreto incide más en la reflexión que en la acción, y esto quizá lo haga difícil de seguir en ocasiones.  Tenía yo mis dudas acerca de cómo me resultase la experiencia, porque en mi anterior audición no me había llamado mucho la atención,  pero la verdad es que el espectáculo me atrapó desde el primer compás, me sobrecogió por momentos y acabó emocionándome con el recuerdo y homenaje final a las víctimas de Hiroshima y Nagasaki.
Volvía Pedro Halfter al foso tras no ser renovado como titular de la ROSS. Su labor me pareció notable, como la de la propia orquesta, con una formación inusual con gran presencia de percusión, que tiene un gran protagonismo. Acaso le achacaría algún exceso de decibelios en algún momento. También el coro tuvo una gran actuación, acoplándose a perfectamente a las particularidades de la partitura. Las voces solistas estuvieron a muy buen nivel, aunque bien es verdad que cantaron con  amplificación.  A  Peter Sidhow  y a Jovita Vaskeviciute (Gral Leslie Groves y Pasqualita) ya los conocía de su interpretación en Estrasburgo el año pasado. Me gusta especialmente el papel de la criada india. En cuanto a los dos personajes principales (Robert y Kitti Oppenheimer), Lee Poullis y Jessica Rivera son  especialistas en estos papeles y lo demostraron.  Especialmente Jessica Rivera, para quien Adams  reescribió especialmente su papel, que inicialmente era para mezzo,  con motivo de la primera reposición de la ópera en Amsterdam. ¡Cuantas veces no hemos leído eso de “fulanito escribió el papel, o tal aria, para tal soprano”! Pues aquí podemos ver en vivo y en directo a la soprano para la que Adams ha escrito esta música.  
Respecto a la producción escénica, firmada por Yuval Sharon,  diferencia muy claramente los dos actos de la ópera. El primero es trepidante, con abundancia de efectos de video. En el segundo todo se ralentiza, en una escena estática aunque con gran movimiento de actores. Es precisamente lo que marca el ritmo del libreto, que sitúa la acción del primer acto un mes antes del ensayo, mientras que el segundo lo hace en las horas previas, en las que el peso de las dudas, los miedos y las angustias de los personajes, que crecen a medida que el momento crucial se acerca, parecen lastrar todo lo que acontece hasta el conmovedor final.   
En definitiva, yo disfruté plenamente con la ópera, y espero que esto no sea flor pasajera  de un día, sino que tengamos la oportunidad de poder seguir apreciando en directo en nuestra ciudad al menos una muestra de lo que en el siglo XXI se compone para este género, lo mismo que junto con el Museo de Bellas Artes tenemos también el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Me temo sin embargo que no todo el público asistente piense igual, pero de esto quizá hable otro día, porque aquí ya me he extendido demasiado.