Habida cuenta de que la última ópera de esta temporada en el Teatro Maestranza será la popular “Tosca” de Giacomo Puccini, aproveché mi
reciente estancia en Roma para visitar los lugares en los que se sitúa la
acción de la obra. Hace ya bastantes
años (como veintitrés) la RAI produjo una representación en los lugares
y a las horas en que se desarrolla la ópera, con Catherine Malfitano, Plácido
Domingo y Ruggiero Raimondi, inicialmente retransmitida en directo, de la que
conservo una grabación de una vez que la pusieron en Televisión Española. Por cierto que Domingo y Raimondi andan
todavía sobre los escenarios, aunque el tiempo no pasa balde.
El primer acto se
desarrolla en Sant’Andrea della Valle, en el
ajetreado corso Vitorio Emanuele II, muy cerca de otra iglesia famosa
como es la del Gesú. Si esta última fue la primera iglesia de los jesuitas, la
de Sant Andrea lo fue de la orden de los Teatinos, fundada por San Cayetano, y
que tiene en Sevilla dedicada una avenida allá por el Tiro de Línea. Si llegas
a ella viniendo desde la cercana Piazza Navona por el corso del Renascimento ya
desde lejos se van contemplando su fachada y airosa cúpula. En su construcción
intervino, entre otros, Carlo Maderno, el autor de la fachada de la basílica de
San Pedro. Al traspasar la puerta de entrada se deja atrás el ruidoso tráfico
romano y se entra en un espacio de
tranquilidad y sosiego. Es la sensación de alivio que debió sentir el
perseguido Angelotti (Ah! Finalmente!) al alcanzar el templo poniéndose temporalmente a salvo de
sus perseguidores. Te encuentras con una iglesia amplia, luminosa y colorista y
excelentemente cuidada (Recondita armonia
di bellezze diverse…). Pero no hay ni rastro de la capilla Attavanti, ni de
ningún cuadro de la Magdalena con los ojos azules. En su lugar, la capilla Barberini. El altar
mayor, obra de Fontana, con frescos de Preti y Domenichino, es escenario perfecto para el Te Deum por la supuesta derrota de
Napoleón en Marengo, con el que finaliza esta primera parte.
El Palazzo Farnese (Miguel Ángel, Vignola, della Porta, Volterra, Salviati…) es hoy la sede de la embajada francesa, y así lo indica la bandera que ondea en su fachada principal. Allí, en alguna de las habitaciones de la segunda planta, es donde Tosca (Vissi d’arte, vissi d’amore…) para librar a su amado Mario de las torturas que le infringe el malvado Scarpia, decide prometer sus favores al barón con la intención real de matarlo (Questo è il baccio di Tosca!).
La ópera fue estrenada
en 1900 en el entonces Teatro Constanzi (hoy Teatro de la Ópera de Roma), en la
plaza que lleva el nombre del tenor romano Beniamino Gigli, entre el Quirinale y
el Esquilino, cerca de Santa María Maggiore y la Stazione Termini.
No sé cómo será la escenografía
que Paco Azorín nos ofrecerá en el Teatro de la Maestranza, pero si no me
convence, que espero que sí, no tendré más que cerrar los ojos e imaginar los escenarios romanos cuyo
recuerdo aún conservo muy fresco en mi memoria.
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