Canal Sur perpetró anoche, con
alevosía y premeditación, un debate entre algunos de los candidatos a la
alcaldía de Sevilla en las elecciones del domingo. Tengo entendido que estaba
grabado, pero la cadena pública no tenía mejor horario para ponerlo que a
partir de las doce de la noche. Antes seguro que su interesantísima
programación habitual no lo hubiera hecho aconsejable, so pena de provocar las
iras del respetable. Creo que el debate no debió celebrarse, pues sólo
intervinieron en él las fuerzas
políticas actualmente presentes en el ayuntamiento, cuando todo indica que va a
haber también otros protagonistas -lo están siendo ya- que van a tener bastante
que decir en el futuro, aunque ya veremos si tanto como se pronostica. Pero a
pesar de esta y otras carencias me cogió en un mal momento y me quedé a verlo.
Algunas cosas me quedaron claras.
La primera que llamó mi atención de modo
superlativo fue el descubrimiento del candidato de Izquierda Unida
(@rojosevillano en los carteles tuiteros). Un
auténtico botarate con la cabeza muy poco amueblada, aparte de de
maleducado. Yo siento utilizar estos términos, pero cuando alguien tiene la
osadía de presentarse en público con pretensión nada menos que de gobernar la
ciudad a partir del lunes (fue su frase más repetida) con tan escaso equipaje
es lo menos que se puede esperar recibir. Ya por la mañana –no lo conocía en
absoluto hasta ese momento- me había sorprendido con unas declaraciones en una
entrevista en la que a las claras decía que no iba a cumplir las leyes que a él
le parecieran injustas si gobernaba. Directamente carne juzgado de instrucción.
El chico por ejemplo debe desconocer que el que haya desahucios o no en una
ciudad no depende de los alcaldes, sino de los jueces. Y así todo. No sé si
conseguirá siquiera acta de concejal. Si lo hace vamos a reír (o llorar) un
rato.
El debate fue un clarísimo dos
contra uno, en el que el muchachito de IU y Espadas hicieron causa común frente
el actual alcalde. Los dos socios del anterior gobierno municipal bipartito, en
una táctica tramposa, utilizaban el pasado según les convenía (ahora me interesa
recordarlo, ahora no) pero a Zoido le conminaban constantemente a hablar del
presente y del futuro, y a no recordar la catástrofe de ayuntamiento que se
encontró en 2011. Espadas fue de alarmista (cuatro años perdidos, es su tesis)
y de sobrado, porque él tiene fórmulas y soluciones para todo (lo que no dice es cuánto cuestan). Sobre todo tiene
(oh mavaravilla!) un modelo de ciudad, que está dispuesto a imponérnoslo a
todos los ciudadanos nos guste o no. Su modelo consiste fundamentalmente en
bicicleta y alpargata con unos toquecitos de torrepelli, que debe ser para él,
y los tipos como él, el súmmum de la “modernidad”. Su baza principal está, y lo
dice sin pudor alguno, en que él conseguirá sacar adelante todos los proyectos
que sus amigos de la Junta de Andalucía han boicoteado sistemáticamente durante este mandato. Hace falta tenerla dura.
Ante tal situación Zoido estuvo
aseado en su faena. Para mi es evidente que hay muchas expectativas que no se
han visto satisfechas en su mandato, quizá por ser tan elevadas las que
despertó su arrollador triunfo de 2011, y principalmente porque es que hemos
vivido años verdaderamente difíciles. Pero pienso que se puede defender claramente que la ciudad está mejor que hace
cuatro años, y no como dicen los agoreros, que además oyéndolos pareciera que
cuando gobernaban anteriormente sus partidos esto fuera el paraíso. El de IU
hablaba de sus políticas de empleo y podría imaginarse uno que en Sevilla no
hubiera habido paro en el 2007-2011. Espadas hablaba del funcionamiento de los
Distritos y se podría figurar que fuera muy diferente en el anterior mandato
(yo le puedo asegurar que no, y en algunos aspectos se ha mejorado). O hablaba
del abandono de los Jardines del Guadalquivir como si fuera cosa de este
gobierno, cuando es una situación cierta, pero que viene de más lejos.
En mi opinión, aunque esto
parezca que la gente no le da mucha importancia, es fundamental el saneamiento de
las finanzas municipales llevado a cabo en estos años, porque es lo que permite
plantearse con confianza el futuro, que de otra manera estaría seriamente
comprometido al poner en peligro la viabilidad de muchos servicios. Este
saneamiento se ha conseguido además al tiempo que se mejoraban esos servicios.
TUSSAM, LIPASAM o EMASESA son empresas municipales que están mejor que nunca.
Es cierto que no ha habido grandes realizaciones, más allá de la consecución de
la Zona Franca, pero no eran momentos para ello, ni creo que los esfuerzos de
un Ayuntamiento deban dirigirse
inexcusablemente a enriquecer a unos cuantos constructores (léase por ejemplo Sacyr y sus setas venenosas, que nos han costado un riñón y más que nos pueden
costar).
En definitiva el debate puso de
manifiesto la disyuntiva a la que nos enfrentamos los sevillanos el domingo:
elegir la continuidad de una gestión que puede no haber sido brillante pero sí
al menos notable en muchos aspectos, sensata, decente y sin sobresaltos y que
permitirá aprovechar las oportunidades que deparen los años que ahora se
esperan mejores, o volver a las andadas de despilfarros, obras faraónicas,
proyectos mesiánicos, mariscadas, concejales piqueteros u otras lindezas que
los dos oponentes de Zoido, solos o en compañía de otros, a buen seguro, no hay
más que escuchar a cada uno, nos tienen garantizadas.
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