martes, 22 de mayo de 2018

REDONDA ADRIANA

Tarde de Lunes de Pentecostés. Ya saltaron la reja los almonteños. Sola se queda la ermita. Todo se va terminando como un sueño que se aleja. ¡Bienvenidos al Teatro de la Maestranza! No olviden apagar sus teléfonos móviles si aún no lo han hecho. Desmontando tópicos. En la tierra de María Santísima hay otras Sevillas. Estreno. Adriana Lecouvreur, nueva en esta plaza. Ópera en cuatro actos de Francesco Cilea. Autor de una sola obra. Redonda. Sorprendente. Verismo y leitmotiv manejados con maestría.  Amor, intriga, triángulos…muerte (lo siento por el spoiler) Adriana Lecouvreur. Artista, actriz de la Comédie Francaise. Moliere…Racine… Fedra. Amante y amada. Odiada. Envenenada. ¿Verdad?¿Ficción? Sólo se queda Palacio..Pero el teatro no se llena. Comentario entre los asistentes. Mucha clase extractiva. Algún ganadero. Extraño. ¿Demasiadas funciones? Adriana Lecouvreur Io son l’umile ancella aquí se llama Ainhoa Arteta, popular y televisiva. Gran cantante, mala presentadora. Un señor, lector asiduo de este blog, me comenta que él fue testigo presencial de la saeta que le cantó a la Macarena. Mi marido le corrige rápidamente: no fue saeta sino avemaría de Gounod. Así nacen las leyendas. Dentro de cien años todos calvos. Y Ainhoa, saetera. Poveri fiori ¿Quién se va a acordar de que la letra era en latín? Había expectación por cómo encajaba el papel. Para mi gusto –vuelvo a ser yo- estuvo irregular. O lo que es lo mismo, regular. Momentos   brillantes y otros no tanto. Quizá su voz no acaba de  adaptarse del todo a las exigencias de una spinto que el personaje requiere. Oh sole mío! Buen vestuario. Decorados tristes ¿Dónde se quedó? Otra escenografía es posible. Ilincai, tenor rumano. Me emocionó en su primer aria. Por su voz potente y clara. Por su forma de cantar valiente y sin reservas. Porque aún era soldado y no conde.  Bella tu sei, tu sei gioconda..dolcissima effigie sorridente. Sus duos con Adriana Arteta fueron de alta tensión. A mi marido también le gustó mucho el aria de Michonnet en el primer acto (¿o era el segundo?) La del monólogo. Esa. A la Arteta le aplaudirán más, dijo, y así fue. Desconocido para mí Luis Cansino. Descubrimiento. Ningún descubrimiento en el caso de Lagares, magnífico  bajo onubense. Tamboriles tocandoporlaRaya. Impresionante la irrupción en la escena de la mala, la Princesa de Bouillon. Enorme voz de mezzo dramática. Acerba voluttá, dolce tortura. ¡Con ustedes, Ksenia Dudnikova! También agradó el bonito timbre de voz de Josep Fadó. Aunque para timbre el del teléfono que no apagaron, a pesar de los avisos. Catástrofe. Como las toses acompañando los últimos acordes del arpa. Público inefable. ¡Apaguen los teléfonos, por favor!!! Con Halffter y la Sinfónica en estado de gracia. Cae el telón antes que los aplausos. Habría que cerrar. Serán cosas del convenio. Punto… ¿Final?