Le
oí una vez decir a José Bono que España es simplemente lo mejor para los
españoles. Creo que esta apreciación es acertada. Más allá de cuestiones históricas,
jurídicas o incluso sentimentaloides, la defensa de la nación española y su
unidad es racional, y si se quiere, utilitariamente, lo que más conviene a los ciudadanos que
formamos parte de ella, que al fin y al cabo somos lo que importamos, para
asegurarnos un mejor presente y futuro. Imaginemos por ejemplo lo que sería de
cualquiera de nuestras endebles autonomías en medio de este temporal económico-financiero
que nos azota si no fuera porque formamos parte de un país demasiado grande para dejarlo
caer.
Lamentablemente hay quien incluso nos ha gobernado
pensando que el concepto de nación es algo discutido y discutible. Con lo cual
nos encontramos no sólo con regiones de
España en las que se viene fomentado el odio a lo español en las escuelas
durante treinta años, sino que en muchos otros ambientes la cuestión nacional
se ha contemplado cuando menos con cierto desapego e indiferencia. De manera
que hemos dejado el campo libre para que la defensa de la patria sea vista como
una cosa de cuatro loquitos cabezas
rapadas y unos cuantos tíos con olor a naftalina.
Así, por el odio de unos y el desinterés de otros,
llegamos a una situación en la que me temo que para una gran mayoría del país España no es más que un equipo de fútbol. Ese
equipo para el que además se han inventado un apodo de lo más significativo: “la
roja”. Podemos animar a "la roja" sin tener que animar a España.
Por esa deriva llegamos a espectáculos vergonzosos como el de anoche en
el que más que la pitada incluso, me preocupó el interés de las autoridades
españolas por que pasara desapercibido el himno nacional, reduciéndolo a su mínima
expresión.
En la misma línea me resulta inaudita la polémica levantada
por las declaraciones de Esperanza Aguirre -al final la mala de la película- que simplemente se limitaron a
reclamar la aplicación del Código Penal, lo cual parecería que debiera entrar dentro del comportamiento esperable de
cualquier autoridad responsable.
Pero claro, si resulta que España es poco más que un
equipo de fútbol, ¿quién se va a extrañar o se va a molestar porque los hinchas
del equipo contrario le piten el himno?
No hay comentarios:
Publicar un comentario