jueves, 10 de mayo de 2012

EL FISCAL


Lo más destacable en la toma de posesión del nuevo ejecutivo andaluz, aparte de los tontos del imperativo legal -no lo digo yo, lo dice el maestro Javier Caraballo- ha sido sin duda la intervención estelar del nuevo Consejero de Justicia. Igual que hay jueces estrella, el ministerio público no quiere ser menos y también tiene sus fiscales estrella (recordemos por ejemplo la famosa fiscal Olga “valeyá” del caso 11M).
        En esta ocasión ha sido el fiscal Emilo Llera -voluntaria o involuntariamente, porque es que los periodistas hacen demasiadas preguntas y el hombre no está acostumbrado- quien ha acaparado el protagonismo mediático.
      Vaya por delante que conozco personalmente al fiscal Llera y me merece la mejor opinión. Pero esto no quita para que exprese la sorpresa que me producen sus manifestaciones en el mismo día en que se ha hecho cargo de la Consejería. En primer lugar acerca de la juez Mercedes Alaya. Dice Llera que como jurista no comparte algunas de sus decisiones en el caso EREs. Me sorprende, digo, porque yo como jurista no tengo opinión sobre la actuación de Alaya, en tanto carezco del conocimiento detallado del asunto como para emitir cualquier parecer jurídico al respecto. Puedo tener una opinión como ciudadano, pero como profesional del derecho no me permitiría hacer juicios técnicos de aquello que sólo conozco por la prensa. Entonces me pregunto ¿tiene o no tiene Llera conocimiento del caso EREs y por qué? Él ha negado que haya tenido que ver en el caso como fiscal, con lo cual me cuestiono cómo puede formarse una opinión como jurista. ¿Una ligereza?.
        El otro tema es el de la Ciudad de la Justicia. Como Llera no es político no le va el papel de andar enredando y diciendo tonterías sobre el asunto. Pero también me sorprende que deje las cosas claras tan pronto y de forma tan tajante, cuando ni siquiera se ha sentado aún en su nuevo despacho de Consejero. Cabe por tanto preguntarse si su postura obedece a un análisis y estudio serios del proyecto y sus circunstancias, que no lo parece, o más bien a una consigna marcada ya desde el inicio en la agenda oculta del pacto socialcomunista de que “a Zoido, ni agua”. ¿O quizá otra ligereza? Pues si es así, ¡sí que va ligero el Consejero!.

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