sábado, 5 de mayo de 2012

MEMECES Y MENTIRAS


Cuenta Dante en la Divina Comedia que en el dintel de las puertas del infierno está escrito: 'Lasciate ogni speranza, voi ch'entrate'. (Vosotros los que entráis, perded toda esperanza). Es lo mismo que podemos decir hoy los andaluces tras asistir al debate de la nueva  investidura del Presidente Griñán. Olvidémonos de cualquier expectativa de mejora en medio de este  agujero negro al que nos ha conducido nuestra democrática elección.  El gran derrotado en los comicios de marzo, que sin embargo ha conseguido permanecer en el poder gracias al apoyo, vergonzante  incluso para parte de su militancia,  de IU, ha ratificado en sede parlamenteria que no tiene nada nuevo que ofrecer.  Por si alguien aún albergaba alguna duda, el debate ha dejado claro que la principal ocupación del cogobierno socialcomunista no será la de intentar resolver los problemas de los andaluces, que está archidemostrado por la experiencia de más de treinta años que no los van a resolver, sino la tarea de oposición a la labor del Gobierno de la nación, e incluso, a poco que puedan, ¡al de Angela Merkel!, convertida en blanco  preferido de las invectivas de la izquierda, al estilo que lo fuera en su día Margaret Thatcher, por encima incluso de nuestra Esperanza Aguirre.
En esa tarea habrá, según se vislumbra, un reparto de papeles entre los dos socios: uno dirá las memeces y otro las mentiras.
Porque memez, políticamente hablando, es decir, como ha hecho Valderas,  que acata las leyes por imperativo legal. Todos los ciudadanos lo hacemos ¿Creerá el sr. Valderas que los contribuyentes pagamos al fisco por otra cosa que no sea el imperativo legal? ¿Creerá el sr. Valderas que la mayoría de los andaluces aceptamos que él sea Vicepresidente de la Junta por otra cosa que no sea el imperativo legal? Es lo propio del Estado de Derecho, en el que imperan las leyes en lugar del capricho de cualquier chalado que ocasionalmente alcance el poder. Como memez es decir que cumplir con los compromisos internacionales asumidos con nuestros socios europeos es hacer “seguidismo de Bruselas”. Vayan apuntando las perlas, que la legislatura promete.
Como mentira es decir, como ha dicho Griñán, que los “recortes” que se apresta a aplicar en educación, aunque no haya tenido el valor de explicitarlos, vienen  obligados por el Gobierno central. Ya hemos comentado en este blog cómo el aumento de la ratio de alumnos por clase o de horas lectivas a los docentes sólo se contemplan como posibles medidas a adoptar por las Comunidades Autónomas, sin que tengan por tanto, en este caso, carácter imperativo. Galicia, por ejemplo, ya ha dicho que no las aplicará, porque prefiere ahorrar en otros capítulos. También hemos apuntado algunas alternativas a esos recortes (Canal Sur, por ejemplo), que lógicamente Griñán ni se plantea. Él prefiere seguir en lo que mejor sabe hacer: mentir a los andaluces y distraer sobre  sus responsabilidades.


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