Asistí el martes pasado a la
conferencia impartida por Manuel Pizarro dentro del ciclo de “Las charlas de El
Mundo” que se llevan a cabo habitualmente en el Hotel Los Lebreros (de grata
memoria para mi) organizadas por el periódico del que soy suscriptor en la red.
Esta vez sí fue posible escuchar al
conferenciante, puesto que ningún grupo de vándalos lo impidió. Si acaso más
cerca estuvieron de reventar el acto los preguntadores-disertadores que se
concitan en este tipo de eventos, y que en vez de preguntar al invitado se
dedican a largar sus propios e insufribles discursos. Les recomiendo que se hagan un
blog, como yo, y así evitan dar la tabarra al personal en general, reduciendo
los daños a los masocas que quieran voluntaria y temerariamente leernos.
Pizarro, que quedará fijado en
nuestra memoria por aquél célebre debate con el mendaz Pedro Solbes anterior a
las elecciones generales de 2008, es una persona de un altísimo nivel
intelectual, que tiene las ideas muy claras, y que las expone con la misma y
didáctica claridad, cosa que en política a la vez se echa tanto en falta y
cotiza tan poco. Nos habló de su visión de la crisis,
que en su opinión tiene tres componentes: la crisis financiera internacional,
el déficit institucional europeo, y la falta de competitividad de la economía
española.
Sobre la crisis financiera
internacional, advirtió que, a pesar de las apariencias está aún lejos de haber
sido superada, o al menos podría haberse hecho en falso.¿El motivo? Wall Street
no se ha limpiado suficientemente. Para el buen funcionamiento de una economía
de mercado es imprescindible que libertad y responsabilidad vayan estrechísima
e indisociablemente unidas. El que acierta en su libre elección tiene que ganar
y el que se equivoca tiene que perder. Si las cosas ocurren de otro modo el
sistema colapsa. Y en WS, y no digamos en España –esto lo digo yo-, muchos de
los responsables del caos financiero se han ido de rositas, lo cual no es sino
un incentivo para volver a repetir experiencias.
En cuanto a la Unión Europea dijo
algo que ya se ha apuntado modestamente en este blog: existe un problema de
gobernanza en Europa que tiene que resolverse para que el euro pueda funcionar
de manera adecuada. No existe referencia previa de una moneda que no vaya respaldada
por una autoridad económica, y eso a día de hoy, en la Unión, no existe, o
está, en todo caso, muy poco desarrollada.
Por lo que hace a España expuso el
conocido mecanismo por el que en épocas anteriores nuestros problemas de
competitividad se resolvían acudiendo al cómodo pero pernicioso mecanismo de la
devaluación, cosa que hoy no es posible. De ahí que haya que incidir en otros
factores, como son la mejora de la educación para ganar en calidad, la
reducción del coste energético, o la reforma de las administraciones públicas para
reducirlas y hacerlas más eficientes. “La
mejor ayuda que puede recibir un empresario de un político –dijo- es que lo
dejen en paz. El que sabe cómo ganar dinero lo que necesita no son
subvenciones, sino que no le pongan muchas trabas”.
Sus recetas fueron, evidentemente,
liberales. Pero recordando que el auténtico liberalismo tiene un alto
componente ético. Por eso, antes que
nada, Pizarro subrayó y enfatizó que para superar la crisis es necesario ante
todo y sobre todo un rearme moral de toda la sociedad, y no sólo de la clase
política, porque es la falta de ética y moralidad la que está en el fondo de
todo lo que nos está pasando. A la vista está.
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