Ha dicho Luciano Alonso, que para quienes no lo sepáis, que seréis muchos, es Consejero nada menos que de Educación, y de Cultura y además de Deportes en la Junta de Andalucía, que el sueldo que cobra Pedro Halfter como director artístico del Teatro de la Maestranza está sobredimensionado, es decir, que le parece excesivo.
A mi también puede que me lo
parezca. La polémica sobre los cachés y los emolumentos que se mueven en el
mundo de la música ya la abrió de manera explícita en nuestra ciudad el
barítono Leo Nucci cuando nos visitó para interpretar Rigoletto el pasado año. Me
pregunto en relación a esto cuánto de culpa tiene la intervención de tanto
político en la gestión del mundillo musical, que al menos en nuestro país, está
dominado absolutamente por las administraciones y con escasa presencia privada.
Como ya se sabe que el dinero público no
es de nadie, pues quizá se haya dilapidado de forma innecesaria cuando
había para aparentar (¡esas fotos con Barenboim, que bien quedaban!) y ahora
tenemos que lamentar que no lo haya. Pero de lo que no me cabe duda es de que
Pedro Halfter tiene unos méritos y desarrolla una gestión y una actividad artística
que justifican su salario. Me pregunto por el contrario cuáles son los méritos
y la gestión del Consejero Alonso (Andalucía es la autonomía con mayores
índices de fracaso escolar del mundo mundial y es la que menos invierte por
alumno) para justificar el suyo, por mucho que este sea inferior al de Halfter.
Quiero decir que las retribuciones son altas o bajas según el rendimiento y la
capacitación de quienes las perciben. Y en este sentido la prueba del nueve es:
¿podría Halfter cobrar lo que cobra aquí en otro sitio? Seguramente sí. De
hecho ha estado a punto de irse a Madrid a dirigir el Real. Por el contrario ¿podría
Alonso cobrar el dinero que cobra como Consejero de la Junta de Andalucía en
otro sitio? Seguramente no. De aquí otra vez al aula….a menos que le busquen
otro chollo político.
El caso es que dicen que detrás
de esto lo que hay es la intención de deshacerse de Halfter en junio. No sé
cuáles serán los planes del maestro, quien ya he dicho estuvo a punto de hacer
las maletas para la capital. Pero lo que me temo es que pretendan sustituirlo
por algún amiguete que cobre poquito, pero que la postre salga caro porque no
aporte nada. Es decir, que apliquen la política de la bicicleta –ya saben, esa
de hacer carriles bici, en lugar de carreteras y metros- y nos lo quieran vender como un
progreso porque ahora los emolumentos no estarían sobredimiensionados. Que ya lo
decía aquella chirigota gaditana con música de la novena de Dvorak:
tengo una amiga
que toca el violín
y otra el con-trabajo
desde que está en el PSOE...
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