Sin duda son muchas las
cosas que han ocurrido en la vida política española en las últimas semanas que
merecerían una reflexión o un comentario. Elecciones, fenómeno Podemos, sucesión
en el PSOE, abdicación del Rey, debate monarquía-república... Me voy a referir
a esto último al hilo de un diálogo tuitero que mantuve con un destacado
dirigente político andaluz que en estos días propugna un referéndum
–inconstitucional por cierto- sobre la cuestión.
Estaba yo viendo el
programa de Paco Robles en Sevilla Televisión, que tuvo la gentileza de
dedicarle unos minutos –bastantes- a la concentración de cuatro gatos que hubo
en la Plaza Nueva pidiendo al advenimiento de la III República, cuando escucho
a Antonio Maíllo: hay que dejar a la
gente que elija entre monarquía o república, que es lo mismo que elegir entre
monarquía y democracia real. Explicaré antes que nada, porque esto
probablemente haya mucha gente que no lo sepa, que Maíllo es
el coordinador general de IU en Andalucía. Un perfecto desconocido para
la población en general, pese a lo cual él se considera representante del
pueblo “de verdad”. Cualquier persona con medianas entendederas puede llegar a
la conclusión de que para Maíllo, a tenor de sus argumentos, la monarquía no es
democrática, que es por consiguiente
como decir que el sistema constitucional vigente en España no lo es. Sorprendido por semejante afirmación -lo
digo con ironía, porque nada malo de esta gente puede sorprenderme- me apresuré
a poner un tuit en mi cuenta en el que decía
- No sé qué
hace @iuandalucia en un gobierno no democrátco (según @MailloAntonio) como el de la Junta.
Al rato Maíllo me pregunta
-¿
dónde he dicho eso?
- @MailloAntonio
cuando dice,
falazmente, que hay que elegir entre monarquía o democracia- le respondo.
- @eneas_i etimológicamente hay contraposición
entre "el poder del pueblo" y "el gobierno de uno solo", y
políticamente también, abrazo- intenta explicarse Maíllo.
- @MailloAntonio debería ud saber q el
rey d España no gobierna.Sin embargo sí lo hace su formación política en
Andalucía sin ganar elecciones- le contesto.
Fin de la conversación.
Como se ve el sr. Maíllo
es un ignorante, cosa que no creo, o un farsante, algo que me cuadra más con el
personaje. No tiene empacho en retorcer las palabras y los conceptos y luego hacer
gracietas con la etimología –como filólogo que es- para taparse las vergüenzas
de las mentiras y falacias que utiliza en su demagógico discurso político. Él y
los suyos lo que persiguen no es una república sin más, sino un régimen
comunista. De hecho, de la II República que hoy tanto reivindican, los
comunistas fueron los primeros enemigos porque la consideraban burguesa. Lo que les molesta no es el rey, sino las libertades individuales. Ahora
es obvio que no se conformarían con una república, por ejemplo, como la
francesa. Lo que ellos pretenden es el modelo Venezuela, Cuba o Corea del
Norte, donde las libertades son pisoteadas o ni existen, los
discrepantes son encarcelados y el “poder del pueblo” es ejercido por unas
castas diez veces más corruptas que la que aquí critican, con la única
diferencia de que les son ideológicamente afines.
Me parece muy bien que
quien quiera defienda la república o cualquier otra forma de estado. Estaría
dispuesto a discutirlo y a considerar las opciones. Pero siempre que pudiese
hacerlo con gente decente intelectual y políticamente, lo que a la vista está
que no es el caso.
Parafraseando a
Zavalita en la célebre “Conversación en La Catedral” podríamos preguntarnos, en
relación a nuestra historia más reciente: ¿cuándo se jodió España? Sin duda,
diría yo, cuando ciudadanos como Maíllo empezaron a tener peso en la vida
política española. Sobran los corruptos, pero también los demagogos.
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