Acabo de regresar de una conferencia.
Bueno, de un intento de conferencia. Me imagino que esto sería común en los tiempos de Franco. La gente se citaría
para escuchar hablar a alguien y los grises
o la secreta se encargarían de impedírselo. Pero no, esto ha ocurrido hoy, y no
ha sido por la intervención de ninguna fuerza represiva del Estado. La
conferencia del ministro Wert organizada por el diario El Mundo en el hotel Los
Lebreros de Sevilla ha tenido que ser suspendida por la acción de un grupo de exaltados. Fascistas
de nuevo cuño, cachorros de la izquierda totalitaria y reaccionaria, perroflautas
greñudos y desaseados, “universitarios” que nunca pisan el aula (yo al menos no
he visto nunca ese tipo de gente en las
mías), “enseñantes” de los que cualquier padre sensato debería apartar a sus
hijos, puretas desinformados que aún no se han enterado del fracaso del
comunismo, enemigos de cualquier tipo de
libertad -empezando por la de educación
y terminando por la de expresión-, abonados permanentes al parasitismo por su
incapacidad para desarrollar cualquier actividad productiva…. Ejemplares de toda
esa fauna, que decían defender la educación –cosa que ellos no conocen ni por
el forro- han impedido que el ministro expusiese sus planteamientos
y que los asistentes interesados en ellos pudiésemos escucharlos.
Como la mayoría no tienen ocupación
conocida, los gamberros, que al fin y al cabo es lo que son, se habían presentado en el lugar de la cita
con bastante antelación a todos los que íbamos a escuchar al ministro, y habían
tomado el salón donde debía desarrollarse el acto. Mala previsión de la
organización, pero es que en una democracia no se pueden dar conferencias con
custodia policial. El inicio tuvo que retrasarse media hora, y cuando apareció Wert todo fue un clamor de gritos, insultos, abucheos….El director de El
Mundo-Andalucía, Francisco Rosell, ha intentado en varias ocasiones reconducir
la situación, pero tampoco a él lo han dejado hablar. Escuchar a una persona
con voz libre e independiente debe de producirles la misma reacción que a Drácula
una ristra de ajos. Y claro, las criaturas con esto lo que hacían era
retorcerse y echar espumarajos por la boca. Al final, tras media hora más de
espera, la conferencia se ha suspendido.
Los desgraciados esto lo han tomado
por una victoria. Yo me pregunto en qué sitio le habrán enseñado a esta gentuza
lo que es la democracia –de lo que no tienen ni pajolera idea- para que celebren
la conculcación de los derechos fundamentales de los ciudadanos. Se creerán ellos
que su actitud intolerante va a conseguir que el ministro rectifique ni
siquiera una coma de sus proyectos. Por mi, si alguna duda me podía ofrecer la
actuación Wert al frente del ministerio, hoy tiene mi apoyo más que nunca contra
esta chusma, a la que evidentemente hay que educar y a la que no se puede
permitir que se adueñen de la vida pública. No porque griten mucho tienen ni un
ápice de razón, y bien harían los que de verdad tienen algún interés por la
educación en apartarse radicalmente de ellos en lugar de apoyarlos para sacar rédito
político intentando desgastar al gobierno.
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