miércoles, 23 de marzo de 2016

PODEMOS Y LA SEMANA SANTA

El señorito Sergio Pascual, recién decapitado dirigente de la muy democrática organización Podemos por decisión unipersonal de su Líder Supremo, pero aún diputado en el Cogreso por nuestra provincia, es un pedante, un cursi y un maltratador del lenguaje que se ha permitido escribir un pestiño sobre lo que él y sus achicharradas neuronas entienden que es la Semana Santa de Sevilla, sentándolo como verdad absoluta e incontrovertible. Con la “autoridad” que le da la suerte de, siendo un advenedizo, haber igualado algún año en la cuadrilla de los Estudiantes, se permite explicarnos a los sevillanos que hemos echado los dientes en esto y que le dedicamos mucho de nuestro tiempo y dinero, que la Semana Santa "no es de la jerarquía eclesial, (ni) del Ayuntamiento (ni) de alguna ideología o creencia concreta" (ver aquí)

Es cierto que la Semana Santa es del pueblo, pero no del pueblo-masa, sino del pueblo articulado en torno a sus hermandades. Y esas hermandades son a día de hoy entidades de la Iglesia católica. Lo que quizá quisiera el sr. Pascual es estatalizar a esas corporaciones, no para hacerlas de todos, sino para hacerlas de ellos. ¿Que por qué Podemos puede estar en contra de la Semana Santa si es del pueblo? Pues porque es una fiesta RE-LI-GIO-SA del pueblo, idea que en el atribulado texto del tal Pascual se da ya sin embargo por feliz e indudablemente superada. El tipo no tiene ni idea de lo que habla. Las hermandades no fueron, como parece que piensa, creación de la jerarquía eclesiástica. Siempre, a lo largo de toda su historia y desde sus orígenes, surgieron de la religiosidad popular. No ha habido por tanto ninguna apropiación popular (sic) de la Semana Santa, porque siempre fue así. Las hermandades siempre mantuvieron una celosa defensa de su autonomía respecto de la autoridad tanto civil como eclesiástica, pero igualmente tuvieron muy claro que su fundamento primero era el culto a Dios y a su Santísima Madre, no a la momia de Lenín, ni al espíritu de la colectividad ni a cualquier otra chorrada que se les ocurra a los manipuladores podemitas. ¿Que sobre esto se han añadido muchos más elementos, culturales, sociológicos, identitarios y todo lo demás? Indudablemente. ¿Que todos los que participan en la Semana Santa, desde dentro y desde fuera son católicos? Por supuesto que no. Las hermandades son corporaciones, y mucho más cuando salen a la calle, abiertas a la participación de todos los sevillanos, de cualesquiera ideologías, pero siempre, claro está, que sean respetuosos con su indubitada identidad. No te equivoques: el que yo te invite a mi casa no quiere decir que mi casa sea tuya.

Por otra parte las hermandades han sido siempre entidades democráticas. Aun en periodos en que no había libertades políticas, hemos elegido democráticamente a nuestros dirigentes y hemos adoptado de la misma forma nuestras decisiones. No hace falta que Pascual ni los que son como Pascual vengan a darnos lecciones de democracia. No sé a qué se refiere cuando habla de la necesidad de “democratizar nuestra fiesta popular”, pero a mi me suena a peligroso totalitarismo. A querer apropiarse de algo que él podrá sentirlo como quiera, pero que no es suyo.

¡Claro que Podemos está en contra de la Semana Santa! Algunos de sus dirigentes tienen al menos la honestidad de decirlo sin ambages, y otros, como el sr Pascual, intentan camuflarlo cobardemente. Pero es evidente que allí donde puedan prohibirán las procesiones, y donde no, intentarán en la medida de sus posibilidades desnaturalizarlas convirtiéndolas en una fiesta pagana “de todos” (y de todas, faltaría más). Es decir, intentarán robarnos a los creyentes lo que es nuestro para controlarlo ellos a su conveniencia.

1 comentario:

  1. Muy de acuerdo, Salvador. Pero no pocos señores de Podemos participan como nazarenos y costaleros de varias hermandades, aunque se declaran abiertamente no creyentes. Parece una clara contradicción, pero sus hermandades no se los parece. ¿Habría que tomar alguna medida o simplemente dejarlo estar porque no es "políticamente" correcto?

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