El señorito
Sergio Pascual, recién decapitado dirigente de la muy democrática
organización Podemos por decisión unipersonal de su Líder Supremo,
pero aún diputado en el Cogreso por nuestra provincia, es un
pedante, un cursi y un maltratador del lenguaje que se ha permitido
escribir un pestiño sobre lo que él y sus achicharradas neuronas
entienden que es la Semana Santa de Sevilla, sentándolo como verdad
absoluta e incontrovertible. Con la “autoridad” que le da la
suerte de, siendo un advenedizo, haber igualado algún año en la
cuadrilla de los Estudiantes, se permite explicarnos a los sevillanos
que hemos echado los dientes en esto y que le dedicamos mucho de
nuestro tiempo y dinero, que la Semana Santa "no es de la jerarquía eclesial, (ni) del Ayuntamiento (ni) de alguna ideología o creencia concreta" (ver aquí)
Es cierto
que la Semana Santa es del pueblo, pero no del pueblo-masa, sino del pueblo articulado en torno a
sus hermandades. Y esas hermandades son a día de hoy entidades de la
Iglesia católica. Lo que quizá quisiera el sr. Pascual es
estatalizar a esas corporaciones, no para hacerlas de todos, sino
para hacerlas de ellos. ¿Que por qué Podemos puede estar en contra
de la Semana Santa si es del pueblo? Pues porque es una fiesta
RE-LI-GIO-SA del pueblo, idea que en el atribulado texto del tal
Pascual se da ya sin embargo por feliz e indudablemente superada. El
tipo no tiene ni idea de lo que habla. Las hermandades no fueron,
como parece que piensa, creación de la jerarquía eclesiástica.
Siempre, a lo largo de toda su historia y desde sus orígenes,
surgieron de la religiosidad popular. No ha habido por tanto ninguna
apropiación popular (sic) de la Semana Santa, porque siempre
fue así. Las hermandades siempre mantuvieron una celosa defensa de
su autonomía respecto de la autoridad tanto civil como eclesiástica,
pero igualmente tuvieron muy claro que su fundamento primero era el
culto a Dios y a su Santísima Madre, no a la momia de Lenín, ni al
espíritu de la colectividad ni a cualquier otra chorrada que se les
ocurra a los manipuladores podemitas. ¿Que sobre esto se han añadido
muchos más elementos, culturales, sociológicos, identitarios y todo
lo demás? Indudablemente. ¿Que todos los que participan en la
Semana Santa, desde dentro y desde fuera son católicos? Por supuesto
que no. Las hermandades son corporaciones, y mucho más cuando salen
a la calle, abiertas a la participación de todos los sevillanos, de
cualesquiera ideologías, pero siempre, claro está, que sean
respetuosos con su indubitada identidad. No te equivoques: el que yo
te invite a mi casa no quiere decir que mi casa sea tuya.
Por otra
parte las hermandades han sido siempre entidades democráticas. Aun
en periodos en que no había libertades políticas, hemos elegido
democráticamente a nuestros dirigentes y hemos adoptado de la misma
forma nuestras decisiones. No hace falta que Pascual ni los que son
como Pascual vengan a darnos lecciones de democracia. No sé a qué
se refiere cuando habla de la necesidad de “democratizar nuestra
fiesta popular”, pero a mi me suena a peligroso totalitarismo. A
querer apropiarse de algo que él podrá sentirlo como quiera, pero
que no es suyo.
¡Claro que
Podemos está en contra de la Semana Santa! Algunos de sus dirigentes
tienen al menos la honestidad de decirlo sin ambages, y otros, como
el sr Pascual, intentan camuflarlo cobardemente. Pero es evidente
que allí donde puedan prohibirán las procesiones, y donde no,
intentarán en la medida de sus posibilidades desnaturalizarlas
convirtiéndolas en una fiesta pagana “de todos” (y de todas,
faltaría más). Es decir, intentarán robarnos a los creyentes lo
que es nuestro para controlarlo ellos a su conveniencia.
Muy de acuerdo, Salvador. Pero no pocos señores de Podemos participan como nazarenos y costaleros de varias hermandades, aunque se declaran abiertamente no creyentes. Parece una clara contradicción, pero sus hermandades no se los parece. ¿Habría que tomar alguna medida o simplemente dejarlo estar porque no es "políticamente" correcto?
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