jueves, 23 de noviembre de 2017

SANTIDAD

Argumenta Junqueras, en su petición de libertad recientemente cursada a la juez Lamela que lo mantiene en prisión desde el pasado 2 de noviembre, que él no puede pecar, viene a decir, porque es católico. Gran sofisma: los católicos somos, al menos los normalitos, los del montón,  los mayores pecadores del mundo, precisamente porque tenemos la conciencia del pecado, de la que otros carecen.

Esta gente, en su delirio, confunde  el culo con las témporas. La magnesia con la gimnasia. El ser con el debe ser. Como están en la matraca de que están presos por sus ideas políticas, especulan con que quizá sus ideas religiosas puedan salvarlos. Piensan que sus creencias los redimen de sus actos. La justificación por la fe, sin embargo, es un concepto más bien protestante.


Junqueras entonces, que esto debe saberlo, lo que quiere decir no es ya que sea católico, sino que es santo. No está pidiendo sólo que lo saquen de la cárcel. Quiere la internacionalización del prusés por la vía vaticana. Quiere que eleven su causa no al Supremo, sino a Roma. Está pidiendo directamente que lo canonicen. Amén.

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