domingo, 2 de marzo de 2014

CIEN

Con ésta he llegado a mi centésima entrada en este blog. Iniciado hace aproximadamente dos años, el 8 de marzo de 2012, sale a una media de casi entrada por semana. No está mal, para ser un mero hobby sin mayor propósito. En este tiempo he tratado muy diversos temas. Cuando comencé no tenía una idea clara acerca de lo que iba a escribir. Los temas profesionales los he dejado para otros ámbitos más especializados. La política ha sido un componente importante, sobre todo al principio. Pero a veces llega a aburrirme tanto –relación de amor/odio- que he preferido ocuparme de otras cuestiones más agradables como puedan ser el deporte, algo de cofradías –pero poco-, otros temas de actualidad ocasional, una pizca de literatura, y especialmente de una de mis mayores aficiones como es la ópera, terreno en el que muy osadamente me he ido adentrando y del que ahora no sé bien cómo salir. Sé que esta variedad perjudica  el posicionamiento de un blog en los rankings -aprendiz de mucho, maestro de nada-, pero eso me permite escribir de lo que me venga en gana, y no ceñirme a una temática concreta. Además, yo escribo fundamentalmente para mí, porque necesito poner negro sobre blanco algunas ideas que me rondan la cabeza y cuando las veo en la pantalla me dejan espacio en las neuronas para otras. Pero está claro que no lo haría para publicarlo sin el apoyo de los que de vez en cuando o asiduamente me leéis. En más de una ocasión me he planteado dejarlo, porque no sé hasta que punto merece la pena exponerte a que cualquiera que te lea por ahí diga “vaya las tonterías que escribe este tío”. Pero aunque habrá muchos que lo piensen, siempre ha habido alguien que por el contrario  me ha dicho “te sigo” o “me gustó lo que escribiste” o cualquier cosa parecida. Y por su culpa he seguido haciéndolo, hasta hoy. Son ellos los responsables últimos de que esto ocurra. Por mi parte sólo puedo decir que lo siento.

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