martes, 26 de mayo de 2015

SUSPENSE

La noche electoral  fue larga. Tanto que a la mañana siguiente aún no se sabían los resultados definitivos de Sevilla capital. Unos problemas informáticos  hicieron que la tecnología, en lugar de acelerar el proceso, lo retrasara hasta extremos desconocidos en los tiempos recientes. Decía mi maestro que lo mejor es enemigo de lo bueno, y eso es a veces lo que pasa con la informática. Cuando va es magnífico, pero cuando te deja tirado no tienes escapatoria.  Sólo a media  tarde del lunes se han conocido  los resultados que pueden considerarse casi  casi definitivos. La verdad es que con el 95% de los votos escrutados era difícil que se produjesen cabios, pero  lo apretado del sprint final hacían necesario llegar hasta el final del conteo. Y es que la tarde había comenzado dando un claro triunfo a Juan Espadas en las israelitas, cosa que se vio confirmada con los primeros resultados oficiales. Sin embargo por no se sabe qué misterioso motivo resulta que el escrutinio iba más retrasado en aquellos distritos que son bastiones fuertes del PP, como es el caso de Los Remedios. Esto daba por tanto aún opción al vuelco, que efectivamente se produjo cuando ya eran cerca de las once, tomando ventaja entonces Zoido por un exiguo concejal.  Lo que al principio se presentaba como una catástrofe sin precedentes, al final quedaba maquillado por al menos la honrilla de cruzar la meta en primer lugar, aunque sólo sea  por un puñado de votos, cosa  que en todo caso se presenta a todas luces como  insuficiente. El resultado para el PP es por lo tanto en cualquier caso malo, porque pasar de veinte a doce concejales es un batacazo en toda regla. No sé si la responsabilidad  hay que achacársela a más a Zoido o a la racha negativa en que se encuentra su partido. Es un dato que el alcalde en funciones ha conseguido seis mil votos más que los que obtuvo el PP en las elecciones autonómicas de marzo, cuando todos los demás candidatos han empeorado esos resultados, con una abstención mayor en estos comicios  municipales, pero es un triste consuelo. Puede incluso achacarse exceso de confianza en un supuesto voto oculto que no reflejaban las encuestas…porque simplemente no existía. En cualquier caso los avisos en este sentido han venido sucediéndose desde prácticamente el inicio del mandato.  Quizá para obtener su histórica victoria de 2011 fueron excesivos los compromisos adquiridos que después no siempre ha sido posible satisfacer, por las circunstancias difíciles o por falta de capacidad. Sea por unos motivos o por otros es evidente que el PP ha perdido mucho en muy poco tiempo, y con ello una oportunidad histórica de consolidar su poder al menos en la capital de la comunidad autónoma que tanto se le resiste, y más que lo va a hacer tal como van las cosas. De todas maneras ese vuelco de última hora de la noche es importante, porque hace que Zoido parta con la limitada y relativa  ventaja que le da la ley en la nueva carrera de pactos y componendas que ahora se inicia. Todo el mundo ve claro que en este sentido lo tiene más fácil el PSOE. Espadas no ha ganado nada. Repite el mismo resultado de hace cuatro años. Sin embargo su propia e impúdica autoproclamación como próximo alcalde pone bien a las claras que está dispuesto a pagar lo que sea para lograrlo. A estas horas debe estar ya pidiendo precio. Un precio que me temo no pagará él sino los sevillanos. Pero no sabemos realmente cuál va a ser la actitud de las nuevas fuerzas en el consistorio: si de verdad van a ejercer una “nueva política” o al final se van a apuntar a lo de siempre. A lo mejor nos llevamos sorpresas. Zoido debe jugar sus bazas y no tirar ya de principio la toalla, como otras veces ha hecho el PP. En todo caso la incertidumbre y el suspense que ha caracterizado el recuento de las papeletas es posible que se mantengan hasta el mismo día 13 de junio.   

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