martes, 9 de octubre de 2012

TARDE DE OTOÑO


Hay algunos rincones en  los alrededores de Sevilla por los que me gusta perderme de vez en cuando, ya sea caminando o en bicicleta, solo o con familia y amigos. Bueno, lo de perderme es un decir, aunque algunos que han venido conmigo sí se han perdido ¿verdad Carmen?

 Uno de esos parajes está en el Parque Natural de la Sierra Norte, a mitad de trayecto entre Castilblanco y Almadén de la Plata, en pleno Camino de Santiago. Allí acudo desde hace varios  años habitualmente por estas fechas, finales del verano, principios del otoño, a disfrutar del espectáculo sonoro de la berrea del ciervo.  Es un lugar perfecto para dar un paseo a  la caída de la tarde, cuando el olor de la jara y el romero se hacen más perceptibles, por un sendero fácil y cómodo que nos lleva bien hasta una pequeña laguna a la que pueden acudir los animales a beber, bien  hasta un mirador desde donde se domina una buena extensión de terreno agreste. Se pueden  avistar bastantes ejemplares, tanto hembras, como crías, e incluso machos con sus hermosas cornamentas.



Esto dependerá en parte de un factor de suerte –se pueden encontrar a veces incluso junto a la carretera, sólo separados por la alambrada que circunda el parque- y en parte de la habilidad que uno tenga para distinguirlos entre la arboleda, a pesar de su gran mimetismo con el paisaje. Pero lo que está asegurado es la audición del concierto de bramidos que los misteriosos machos emiten  desde los lugares más escondidos,  rompiendo la paz y el silencio del bosque de encinas y alcornoques en esta hora en que los colores se desvanecen. Incluso cuando ya es imposible verlos porque se ha echado la noche, los sientes que están allí muy cerca, empleados en sus ritos de apareamiento  a los que el sabio reloj de la naturaleza los empuja nada más caer las primeras lluvias de la temporada.



Este año la visita fue fructífera. Pudimos verlos de cerca  y escucharlos, y además la noche sin luna y sin nubes nos regaló un espectacular cielo estrellado como pocas veces he tenido ocasión de contemplar. Lástima que mi cámara no pueda dar fe de esto último. El que quiera verlo, que se de el paseo. Si le gusta la naturaleza no le defraudará.


(Por cierto, en el plano negativo, no os fiéis de los del INFOCA, que aunque anden por allí mano sobre mano -y que siempre sea así- si tenéis algún problema pasarán de vosotros olímpicamente).


No hay comentarios:

Publicar un comentario