jueves, 26 de abril de 2012

EDUCACIÓN O TELEVISIÓN. ESA ES LA CUESTIÓN


El Gobierno de la nación aprobó el pasado viernes un real decreto-ley, de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativopor el que se adoptan una serie de medidas, entre otras, la de posibilitar a las Comunidades Autónomas, dentro de sus competencias, algunas modificaciones con trascendencia presupuestaria, como el aumento de horas lectivas del personal docente  o el incremento de la ratio de alumnos por clase, en determinados supuestos. Conviene resaltar, como queda dicho, que el gobierno central no impone estas medidas de forma obligatoria, sino que la norma aprobada  simplemente permite su adopción a las comunidades que lo estimen oportuno y necesario a fin de contribuir a la consecución de la reducción del déficit, objetivo este que sí que es de obligado cumplimento.
El Consejero de Educación en funciones de la Junta, cumpliendo fielmente el papel asumido por el ejecutivo andaluz en la nueva situación política, salió rápidamente a la palestra para denunciar que la adopción de estas medidas en Andalucía supondría el “despido” de unos 4.800 profesores interinos. Entrecomillo despido porque nunca lo es la no renovación de unos contratos que por definición son temporales. En todo caso, este señor, o está peleado con los números, o hace milagros con ellos, porque la semana anterior había dicho que el recorte afectaría a más de 13.000. Hablar con rigor se llama esto.
De lo que no habla el señor Álvarez de la Chica (que no es  la de Ipanema) es de que en el mismo Consejo de Ministros se aprobó también la remisión a las Cortes Generales de un proyecto de ley de modificación de la Ley General de Comunicación Audiovisual, para flexibilizar los modos de gestión de los canales públicos de televisión autonómica. Hablando en plata, esta ley lo que permitirá es que las autonomías se deshagan, mediante diversas fórmulas, de sus ruinosas cadenas de televisión pública. En el caso de Andalucía, Canal Sur (la suya) nos cuesta a los andaluces cada año una millonada para tener la caja tonta más tonta que se haya visto nunca, financiada con dinero público.
Por lo tanto, si el consejero no quiere prescindir de tantos profesores, cosa que me parece muy bien, tiene la opción de convencer a sus compañeros de partido y de gobierno para que privaticen RTVA, en todo o en parte, y así recortar el déficit por esa vía, en lugar de hacerlo por la de la educación. Es decir, desprenderse de lo superfluo para atender a lo fundamental. ¿Será esta la solución que finalmente se adopte? Se admiten apuestas.

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