viernes, 27 de octubre de 2017

EL MANICOMIO CATALÁN


La política puede decirse que es el arte de de ordenar la convivencia. Por lo tanto nada que lo que consiga sea precisamente lo contrario, esto es alterar o incluso romper esa convivencia, no es política o al menos no es buena política.

Llevamos años, incluso hoy,  escuchando a los predicadores de la progresía, los que pontifican  lo que es políticamente correcto y lo que no,  que el problema catalán tiene que resolverse a través del diálogo político. Sin embargo se da la paradoja de que todo lo que se propone desde la parte llamada soberanista, o simplemente independentista, es dialogar sobre cómo romper España y Cataluña, pues la independencia se plantea como objeto irrenunciable en ese supuesto diálogo. Por lo tanto lo que se propone  no es política sino antipolítica, ya que a lo único que lleva es, según se ha puesto especialmente de manifiesto en estos días, a la fractura social.

Por lo demás yo me pregunto ¿De qué se puede dialogar con unos tíos que se creen que son un pueblo oprimido y perseguido? ¿Se puede dialogar con unos tíos que se creen que la democracia es votar, y no cumplir las leyes democráticamente aprobadas? ¿Se puede dialogar con unos tíos que dicen  que aplicar las leyes es un golpe de estado y no lo es saltarse olímpicamente la Constitución?¿De qué se puede dialogar con unos tíos que se creen que por mayoría todo puede hacerse, incluso pisotear los derechos de las minorías?¿Se puede dialogar con quienes dan el rango de “mandato popular” al supuesto resultado del referéndum fantasma del 1 de octubre?¿Se puede dialogar con unos tíos que, en su delirio, niegan las nefastas consecuencias que su “procés” está teniendo para la economía catalana? ¿Se puede dialogar con unos tíos que llaman “pacifismo” a destrozar vehículos de las fuerzas de orden público?

Con estos tíos, y tías, no se puede dialogar ni buscar soluciones políticas. Tienen la percepción de la realidad absoluta y gravemente distorsionada. Lo único que cabe es aplicar la ley (el 155 y lo que haga falta) con todas sus consecuencias y mandarles un ejército…de psiquiatras.   


  

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