miércoles, 18 de junio de 2014

EL BRILLANTE OCASO DEL ANILLO

Foto Teatro de la Maestranza
La tetralogía wagneriana “El anillo del nibelungo” es la obra más colosal de la historia de la música. Su representación íntegra a lo largo de cuatro sucesivas temporadas ha constituido el proyecto más ambicioso acometido por el Teatro de la Maestranza a lo largo de su aún corta existencia. El ciclo se inició cuando todavía la dichosa crisis económica no había golpeado con tanta dureza como después lo hizo o al menos no se preveía tan larga su duración. Se escogió entonces la exitosa pero muy costosa producción que La Fura del Baus había realizado para Valencia y Florencia. Cuando las aportaciones al presupuesto de las distintas administraciones implicadas comenzaron a mermar se llegó incluso a dudar de poder culminar el empeño. Afortunadamente, a pesar de las restricciones presupuestarias el teatro consiguió programar la cuarta de las óperas, aun a costa de ahorrar en otras producciones, con la consiguiente merma. Y miren ustedes por dónde al final han sido los señores músicos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla quienes, en un alarde de egoísmo sin parangón, han estado a punto de dar al traste con este acontecimiento cultural de primera magnitud para la ciudad con su tan injustificada como inoportuna convocatoria de huelga, al final felizmente evitada. No es de recibo que se ponga en peligro una inversión de nada menos que 500.000.-€ porque los señores músicos exijan participar en la elección del director de la orquesta o anden protestando porque las medidas del foso del teatro no les permite disfrutar del espacio que dispone la normativa de prevención de riesgos laborales. ¡Como si el foso fuera una fábrica! No parecen cuestiones de relevancia para llegar a este extremo. Muchos trabajadores en Sevilla y en España vienen pasando por auténticos problemas laborales pero no tienen la “suerte” de poder poner en jaque incluso la proyección internacional de una ciudad. Aprovecharse de esta circunstancia es un claro abuso por parte de estos señores. Hace poco hemos podido asistir a la cancelación del estreno de una “Carmen” en el Carlo Felice de Génova, en este caso debido a una protesta del personal técnico y administrativo del teatro. Aficionados de todo el mundo esperábamos la retransmisión on line del evento, que finalmente no se produjo para disgusto de todos. Gracias a quien corresponda aquí no se llegó a tanto, pero la mera convocatoria ya me pareció un exceso que sin duda habrá tenido su repercusión sobre todo respecto al público foráneo que hubiera podido tener intención de venir y quizá se retuvo por las incertidumbres.  
         
Foto Teatro de la Maestranza
Pero ayer era un día para dejar todo esto en un segundo plano y disfrutar. Y yo al menos sí que lo hice, de tal manera que la tarde se me hizo corItísima gracias a las cinco horas y media que pasamos en el teatro. Lo más sobresaliente de la velada fue, paradójicamente, la actuación de la orquesta dirigida de forma magistral por Pedro Halffter, a quien al parecer sus propios músicos cuestionan. Ya había tenido la fortuna de escucharla en ensayo y me pareció sublime. Ayer lo ratificaron. Es una lástima que aspectos de índole secundario puedan llegar a  enturbiar el excelente trabajo artístico de esta formación. Siguiendo con la aportación de la tierra, la intervención del coro en el segundo acto me resultó sencillamente espectacular. Por lo que hace a los solistas se puede decir que globalmente cumplieron su cometido de manera notable. Tanto Stefan Vinke (Sigfrido) como  Linda Watson (Brünnhilde) cuentan en sus currículos con presencias en Bayreuth (especialmente la segunda, que ha trabajado allí varias veces a las órdenes nada menos que de Christian Thielemann) lo que es una buena carta de presentación para cualquier cantante wagneriano. Creo sin embargo que ninguno de los dos descolló especialmente por diversas razones, aunque mantuvieron el tipo hasta el último acto, en el que dieron lo mejor de sí, que no es poco con estos “papelones”. Christian Hübner fue muy aplaudido al final, pero a mi no me gustó su voz, y eso que el perverso Hagen es quizá mi personaje favorito de esta ópera. Del resto, de buen tono en general, cabe destacar la Waltraute de Elena Zihdkova, quien también encarnó una de las nornas.
       
Foto Teatro de la Maestranza
La puesta en escena de Padrissa fue, como es habitual, impactante visualmente, aunque no siempre le encontrase su posible sentido a algunos de los muchos que por lo general utiliza. El caso es que nos sorprendió como quizá no lo había hecho desde la primera entrega de “El oro del Rin”. Resaltaría sobre todo el inicio del tercer acto, en el que todos nos sentimos sumergidos en el río desde donde llegaba el canto de las ondinas, y el tratamiento de la marcha fúnebre de Sigfrido, dando primero el protagonismo absoluto a la orquesta y luego con la tremenda escena del cortejo fúnebre transitando por el patio de butacas. De lo más espectacular a lo más sobrio, pero siempre con un resultado dramático soberbio. En la escena final sin embargo me sobraron los textos escritos con letras de fuego, que apenas me esforcé en leer. Yo tenía, fascinado, mis cinco sentidos puestos en absorber hasta el último de los matices de aquella música maravillosa que se iba derramando sin remedio como las aguas del Rin, que se iba consumiendo en el fuego funerario y purificador hasta llegar inevitablemente a su final.

          Ha concluido el ciclo, ha terminado la temporada y también puede ser que una larga etapa de diez años con Pedro Halffter al frente de la dirección del teatro, con sus luces y sus sombras. Hay ahora que hacer análisis y ver qué es lo mejor para el futuro de la institución, algo que se antoja difícil cuando hay entresijos políticos de por medio. Sería muy triste vernos en la situación en que hoy se encuentra el Palau e les Arts valenciano. Ojalá prevalezcan el sentido y el interés común para que Sevilla pueda seguir avanzando posiciones en el panorama musical y operístico con representaciones como la que ayer pudimos presenciar.      

sábado, 14 de junio de 2014

¡QUE NOS LA LLEVAN! (PERO NO)

“Alejándome todo lo posible del centro de la villa, llegué a la plazuela de Palacio, donde me detuvo un obstáculo casi insuperable; un gran gentío, que bajando de las calles del Viento, de Rebeque, del Factor, de Noblejas y de las plazuelas de San Gil y del Tufo, invadía toda la calle Nueva y parte de la plazuela de la Armería. Pensando que sería probable encontrar entre tanta gente al licenciado Lobo, procuré abrirme paso hasta rebasar tan molesta compañía; pero esto era punto menos que imposible, porque me encontraba envuelto, arrastrado por aquel inmenso oleaje humano, contra el cual era difícil luchar.
Yo estaba tan preocupado con mis propios asuntos,  que durante algún tiempo no discurrí sobre la causa de aquella tan grande y ruidosa reunión de gente, ni sobre lo que pedía, porque indudablemente pedía o manifestaba desear alguna cosa. Después de recibir algunos porrazos y tropezar repetidas veces, me detuve arrimado al muro de Palacio, y pregunté a los que me rodeaban:
-¿Pero qué quiere toda esa gente?
-Es que se van, se los llevan -me dijo un chispero-, y eso no lo hemos de consentir…"

Así narra Benito Pérez Galdós, a través de su personaje Gabriel de Araceli,  cómo al amanecer del 2 de mayo de 1808 el pueblo de Madrid se concentraba junto al Palacio Real intentando impedir la salida de los últimos miembros de la familia real que aún permanecían en España, entre ellos el infante Francisco de Paula,  camino de Bayona.

Algo así es lo que debió ocurrir en días pasados junto al Palacio de San Telmo. Cuando la gente supo por los periódicos (digitales y de papel, que aún los hay) que se barajaba llevarse a Susana Díaz a Madrid para hacerse cargo de lo que queda del PSOE, el pueblo llano poco menos que se amotinó y acudió en masa a pedir a la presidenta de la Junta “no te vayas todavía, no te vayas por favor..” Tal fue el revuelo popular que la dirigente socialista hubo de acudir con urgencia a una conocida cadena de radio para anunciar que de lo dicho no había ná, que ella se quedaba aquí porque se lo pedían sus votantes (se olvidaba la señora de que a ella no la ha votado nadie, pero eso es un detalle sin importancia). Lo que no consiguieron los madrileños lo habíamos conseguido los sevillanos.

Esta es poco más o menos la versión oficial, adornada con un poco de literatura. A diferencia de Galdós, que se basa fundamentalmente en hechos históricos, aquí casi todo es ficción. Pero quién sabe si en un futuro no se la contarán así a nuestros nietos. La verdad es que la gran lideresa, que es lista como el hambre, algo que habrá heredado de su casta fontanera, ha medido sus fuerzas antes de dar el salto, y como ha visto que se la podía pegar, ha dicho: de aquí no me muevo no vaya a ser que me pase que por irme de Sevilla, pierda mi silla. La medición de fuerzas –dentro del partido, por supuesto- es una de las asignaturas principales que debe aprobar un político de éxito. La de gobernar bien es una maría, da igual la nota que saque, pero esta otra es fundamental. De hecho a esta señora aún no se le conoce acción de gobierno, y sin embargo ahí está en el candelero optando a todo. Siempre se ha dicho, y nadie lo pone en duda, que Susana es una mujer de aparato. Su carrera política así lo demuestra. Y un político de aparato asciende porque tiran de él desde arriba, no porque le empujen desde abajo. Ella ha pretendido que desde arriba le despejasen el camino de su marcha triunfal, única manera de asegurarse la elección. Pero como no lo han conseguido, y mira que lo han intentado, pues ha dado el paso atrás. Ella no va a presentarse a un congreso donde se elija conforme a una votación abierta a toda la militancia (o eso dicen). Capaz es de perder y queda como la chata. Además, la cosa está tan malita en el PSOE que aún en el caso de ganar, con un panorama  tan feo quizá sea mejor esperar bien resguardada en su feudo andaluz donde tiene acreditada resistencia a cualquier circunstancia adversa. Ello es coherente también con que haya anunciado su neutralidad respecto de los candidatos que van surgiendo. Seguramente no querrá que el que gane lo haga con la suficiente fuerza como para cerrarle por mucho tiempo el camino hasta la cumbre, que ahora de momento ha reusado transitar. Pura táctica, que es lo importante en un político hoy en día.

Pero para la propaganda que tan bien maneja el régimen lo que quedará es que Susana Díaz -esa mujer que cuando habla parece que en cualquier momento puede arrancarse por peteneras, de lo sentía que es- ha sacrificado su imparable carrera política por salvarnos a los andaluces y las andaluzas, algo que nunca tendremos nosotros y nosotras -¿se dice así?- con qué pagarle y que tendremos que agradecerle eternamente.

sábado, 7 de junio de 2014

CONVERSACIÓN EN LA RED

Sin duda son muchas las cosas que han ocurrido en la vida política española en las últimas semanas que merecerían una reflexión o un comentario. Elecciones, fenómeno Podemos, sucesión en el PSOE, abdicación del Rey, debate monarquía-república... Me voy a referir a esto último al hilo de un diálogo tuitero que mantuve con un destacado dirigente político andaluz que en estos días propugna un referéndum –inconstitucional por cierto- sobre la cuestión.
       Estaba yo viendo el programa de Paco Robles en Sevilla Televisión, que tuvo la gentileza de dedicarle unos minutos –bastantes- a la concentración de cuatro gatos que hubo en la Plaza Nueva pidiendo al advenimiento de la III República, cuando escucho a Antonio Maíllo: hay que dejar a la gente que elija entre monarquía o república, que es lo mismo que elegir entre monarquía y democracia real. Explicaré antes que nada, porque esto probablemente haya mucha gente que no lo sepa, que  Maíllo es   el coordinador general de IU en Andalucía. Un perfecto desconocido para la población en general, pese a lo cual él se considera representante del pueblo “de verdad”. Cualquier persona con medianas entendederas puede llegar a la conclusión de que para Maíllo, a tenor de sus argumentos, la monarquía no es democrática, que es por consiguiente  como decir que el sistema constitucional vigente en España no lo es. Sorprendido por semejante afirmación -lo digo con ironía, porque nada malo de esta gente puede sorprenderme- me apresuré a poner un tuit en mi cuenta en el que decía
- No sé qué hace @iuandalucia en un gobierno no democrátco (según @MailloAntonio) como el de la Junta.
      Al rato Maíllo me pregunta 
         -¿ dónde he dicho eso?
- @MailloAntonio cuando dice, falazmente, que hay que elegir entre monarquía o democracia- le respondo.
- @eneas_i etimológicamente hay contraposición entre "el poder del pueblo" y "el gobierno de uno solo", y políticamente también, abrazo- intenta explicarse Maíllo.
- @MailloAntonio debería ud saber q el rey d España no gobierna.Sin embargo sí lo hace su formación política en Andalucía sin ganar elecciones- le contesto.

Fin de la conversación.

         Como se ve el sr. Maíllo es un ignorante, cosa que no creo, o un farsante, algo que me cuadra más con el personaje. No tiene empacho en retorcer las palabras y los conceptos y luego hacer gracietas con la etimología –como filólogo que es- para taparse las vergüenzas de las mentiras y falacias que utiliza en su demagógico discurso político. Él y los suyos lo que persiguen no es una república sin más, sino un régimen comunista. De hecho, de la II República que hoy tanto reivindican, los comunistas fueron los primeros enemigos porque la consideraban burguesa. Lo que les molesta no es el rey, sino las libertades individuales. Ahora es obvio que no se conformarían con una república, por ejemplo, como la francesa. Lo que ellos pretenden es el modelo Venezuela, Cuba o Corea del Norte, donde las libertades son pisoteadas o ni existen, los discrepantes son encarcelados y el “poder del pueblo” es ejercido por unas castas diez veces más corruptas que la que aquí critican, con la única diferencia de que les son ideológicamente afines.
         Me parece muy bien que quien quiera defienda la república o cualquier otra forma de estado. Estaría dispuesto a discutirlo y a considerar las opciones. Pero siempre que pudiese hacerlo con gente decente intelectual y políticamente, lo que a la vista está que no es el caso. 
       Parafraseando a Zavalita en la célebre “Conversación en La Catedral” podríamos preguntarnos, en relación a nuestra historia más reciente: ¿cuándo se jodió España? Sin duda, diría yo, cuando ciudadanos como Maíllo empezaron a tener peso en la vida política española. Sobran los corruptos, pero también los demagogos.