domingo, 23 de junio de 2013

GANÓ VERDI


foto Teatro de la Maestranza.

Ni el más infame de los hombres merece el castigo del bufón jorobado de la corte de Mantua. Rigoletto es una de las mayores tragedias que se pueden contemplar en un escenario, algo que siempre conmueve. Su atormentada vida transcurre en un círculo cerrado de odios  y resentimientos generado por la acción cruzada de las crueles  y despiadadas burlas que hacen de él y las que él hace de los demás, padres y maridos ultrajados incluidos. El único solaz de su existencia es su hija Gilda, a quien obsesivamente trata a toda costa de proteger de la depravación de la corte. Sin embargo, la joven acaba muriendo en sus brazos, víctima inocente e inesperada de su insana sed de venganza. Intento imaginar y no lo consigo un dolor más intenso y más terrible. Rigoletto es un personaje odioso, por su falta de compasión ante el dolor ajeno, al que finalmente sin embargo hay que acabar compadeciendo. Tendría por eso que no tener entrañas para que, habiendo buenos cantantes, no se me pongan los vellos de punta cuando antes de caer por última vez el telón el protagonista lanza su desgarrador lamento.
Ayer hubo buenos cantantes en el Maestranza. Fue una velada redonda.  Broche de oro  para esta temporada operística. Acudir al teatro en la tarde de un sábado, sin las presiones de un día de trabajo, sin preocupación por si el espectáculo termina antes o después, ya es todo un lujo. Sólo tienes que pensar en la música. Si además lo haces para contemplar una de estas óperas que no te cansas nunca de ver, el disfrute está asegurado. A esto añádasele el espléndido elenco de voces autóctonas que encarnan los personajes principales, y el excelente desenvolvimiento de nuestra orquesta sinfónica y director titular en este tipo de repertorio.
La dirección del teatro se las ha aviado para  reunir en torno a esta producción del Teatro Regio de Parma a buena parte de lo más granado del panorama vocal nacional en estos momentos, y el resultado ha sido espectacular. Vaya por delante que no me gustó el inicio, con falta de ajuste entre el sonido en off y las voces en el escenario, y un “Questa o quella” que me resultó un tanto desvaído y falto de brío. Pero la cosa se fue entonando para alcanzar un primer momento álgido en el memorable “Caro nome” de Mariola Cantarero, que esta vez sí me convenció plenamente. Me impresionó enormemente Juan Jesús Rodríguez -aunque quizá le faltase imprimir algo más de histrionismo al personaje- en especial en sus intervenciones en “Povero Rigoletto” y “Tutte le feste al tempio” del segundo acto. En cuanto a Ismael Jordi cantó con la facilidad y soltura de los elegidos, con la excepción ya dicha del inicio, su corto pero comprometido papel, pues no debe ser fácil atacar la que probablemente puede ser el aria más conocida de la historia de la ópera, que cualquiera ha cantado alguna mañana en la ducha. Sparafucile y Maddalena estuvieron perfectamente representados por un Dimitry Ulianov de profundísima voz, y una sensual Mª José Montiel. Mi única pena es no poder escuchar al segundo reparto, nada menos que con Leo Nucci, Jessica Prat y Celso Albelo. Es lo malo que tiene ofrecer dos carteles tan bien rematados.

 Por lo demás habrá que admitir que en este apasionado  e incruento duelo que se viene desarrollando este año por todos los coliseos operísticos del mundo entre los dos colosales músicos cuyos bicentenarios celebramos, en Sevilla el público ha dictado su veredicto a favor de Verdi. Un público de aluvión, mayoritariamente no entendido, ruidoso y charlatán, pero que es para el que se ofrece el espectáculo Lo ha hecho de una manera muy sevillana, sin aspavientos, pero sin dejar lugar a dudas sobre sus preferencias. Si hace unos meses me quejaba de las butacas vacías en el Sigfrido de Wagner,  ayer el lleno era absoluto y creo que andan igual el resto de representaciones. Pero los wagnerianos estamos de enhorabuena porque se ha confirmado la conclusión de la tetralogía para el próximo curso con la representación de “El ocaso de los dioses”, con la producción de Caros Padrissa. Dentro de una programación corta y a mi modo de ver excesivamente conservadora, tenemos que felicitarnos al menos porque se vea cumplido este anhelo, que se ha visto amenazado por los problemas económicos de todos conocidos. Esperemos que vengan tiempos mejores, pero desde luego por lo pronto los aficionados en Sevilla no podemos quejarnos del nivel que se está manteniendo a pesar de las dificultades.   

viernes, 14 de junio de 2013

¿ESTAMOS DESCONCERTADOS?


La enseñanza concertada en Andalucía está sufriendo un ataque sin precedentes –expresión que tanto le gusta utilizar a la izquierda- por parte de la Junta. Primero fue la supresión de conciertos a los centros de educación diferenciada –cuestión que merecería una reflexión aparte- y luego la eliminación de unidades en otros diversos centros, a pesar de contar con  sobrada demanda social.
El problema es grave –hasta los obispos han llamado la atención sobre ello- porque la supresión de unidades hoy se traduce en la de líneas completas en el futuro, y si esta tendencia se consolida, mañana pueden ser más. La Junta dice basar su decisión en el descenso demográfico: hay, en global, menos población a escolarizar, y consiguientemente la reducción de la oferta tiene que venir por el lado de la concertada, sea cual sea la demanda real que esta tenga por parte de los padres. Un planteamiento que pone en evidencia que para los que mandan en la educación en nuestra comunidad –responsables de las alarmantes tasas de fracaso escolar que padecemos, entre otras cosas- la enseñanza concertada es una enseñanza de segunda categoría, una fórmula molesta con la que hay que tragar cuando no se tiene más remedio, pero que a poco que se pueda hay que eliminarla. Este es sin duda el planteamiento oculto del PSOE y explícito –está en su programa- de IU.
A día de hoy la enseñanza concertada es la fórmula –podría haber otras, pero esta es la que tenemos- que permite a los padres que no somos ricos elegir el tipo de educación que queremos para nuestros hijos. Los padres tenemos ese derecho, y a que esa educación sea financiada con fondos públicos, porque todos pagamos impuestos para ello. Es un problema que afecta por tanto sobre todo a la libertad de elección de las familias, y consiguientemente a la libertad de la sociedad en general,  y así deberíamos considerarlo con independencia de que nos afecte o no de manera directa y concreta.
La situación ha propiciado la creación de una plataforma en defensa de la enseñanza concertada a la que se ha puesto el ingenioso nombre de ESTAMOS DESCONCERTADOS. La expresión tiene evidentemente un doble sentido. El primero haría alusión específicamente a los centros a los que se pretende dejar sin concierto. El segundo  al desconcierto que esta decisión unilateral de la Junta les produce a algunos. A mi particularmente no me lo provoca. Era lo esperable de un gobierno social-comunista, cuyo ideal debe estar cercano a que  el Estado sea el Único y Gran Educador, como es propio de los regímenes totalitarios. Pero es que además eso de que la enseñanza concertada es de segunda clase para la Junta no es nada nuevo. Desde siempre la enseñanza concertada ha sido sometida a un régimen de ninguneo, cuando no de acoso, por parte de las autoridades educativas socialistas, manteniéndoles una financiación de mera subsistencia y de casi asfixia económica. Desde siempre se ha impuesto que la enseñanza concertada no se mueva más allá del 20% de la oferta educativa, cuando podía ser mayor. Desde siempre se ha favorecido con  todo tipo de prebendas a la enseñanza pública, de manera que una plaza pública llega a costar más del doble que una concertada, a pesar de lo cual los colegios concertados siguen manteniendo altas cotas de calidad y gozando de la confianza de muchos padres como lo demuestra su elevada demanda  año tras año. Por lo tanto, quien se sorprenda de esto es que se ha caído de un guindo. Ahora la única novedad es que ya van a por todas, a eliminar la enseñanza concertada si les es posible, porque la coyuntura lo propicia. El PSOE consigue con ello contentar a quien le mantiene en el poder (IU) y al mismo tiempo abre un frente más de confrontación, que es a lo único que la Junta se dedica eficazmente desde hace dos años, con el gobierno central, promotor de una reforma educativa que no les gusta.
Habría que plantearse por tanto si no una reforma global del sistema, sí de cómo viene funcionando. El problema es que durante demasiado tiempo las propias entidades titulares de los centros concertados han venido condescendiendo con este tratamiento denigrante,  con tal de no romper con ese poder que les mantiene atenazados. Aún hoy me da la impresión de que muchos, víctimas del síndrome de Estocolmo, todavía dudan. Y protestan, pero sin levantar mucho la voz no vaya a ser que se enfaden los señoritos.  El problema es que los padres sólo nos preocupamos si les afecta directamente a nuestros hijos, cuando es un asunto que concierne a las libertades ciudadanas en general. Como en tantos otros campos ocurre, mientras que la enseñanza pública cuenta con experimentados profesionales de la protesta en su defensa, la libertad de educación sólo la defendemos torpes aficionados. Parece como si tuviéramos mala conciencia y nos avergonzáramos de luchar por nuestros derechos. De defender nuestra libertad. La libertad de una sociedad que camina borreguilmente hacia el adocenamiento igualitarista.


martes, 4 de junio de 2013

QUE NOS QUITEN LO BAILAO

Está claro que de fútbol entiendo muy poco. Como de tantas otras cosas a pesar de escribir sobre ellas. Me permito hacerlo porque creo que aquí no molesto a nadie. El que quiera que me lea y el que no pues eso que se ahorra.
Como a principio de temporada tuve la osadía de escribir sobre mi Sevilla con grandes expectativas, tengo ahora que reconocer que me equivoqué de la a a la z. Hoy ha sido un día triste para el sevillismo. La oficialización de la más que esperada venta de Navas es la constatación del fracaso, por ahora, del objetivo de consolidar al club entre los grandes. Se supo llegar, pero no mantenerse. El mérito de una cosa no quita la decepción por la otra. Navas no es un jugador cualquiera, como aquellos que se vendieron en su día para crecer, pero que o bien no eran de la casa, o bien no habían llegado aún a su plenitud. Navas lo ha dado todo y lo ha conseguido todo. ¡Diez años! Y qué diez años. Ha sido santo y seña del Sevilla en sus temporadas más gloriosas, esas que según el propio presidente, han acabado. A la vista está. Ninguna prueba más elocuente que tener que vender a este futbolista en las condiciones en que se ha hecho. Comprendo que se vaya. Tal como están las cosas es lo mejor para el club y para el jugador. Pero los que simplemente disfrutamos viéndolo correr vistiendo nuestra camiseta en pos de la portería contraria con la ligereza de una gacela lo lamentamos.
Del Nido dijo una vez que lo único imprescindible en el Sevilla eran el escudo, la bandera y la afición. Se equivocaba. Cuando se ha conseguido la cuadratura del círculo que consiguió el Sevilla en los años 2006-2007 no era cuestión de prescindir de nadie de los que habían alcanzado tamaño éxito. Lo normal hubiera sido hacer todo lo necesario para mantener aquél invento el máximo tiempo posible. Él no lo vio así, y empezó a desmontársele el tinglado demasiado pronto. Su ambición fue determinante para la consecución de los mayores logros en la historia del club, difícilmente igualables, pero al mismo tiempo su soberbia le llevó a creer que sería capaz de repetir la fórmula, prescindiendo de los principales ingredientes. Ahí estuvo su error: pensar que porque una vez había acertado iba a acertar siempre. El suyo y supongo que el de Monchi, a quien el mal de altura le jugó malas pasadas a la hora de elegir algunos futbolistas en los que se dilapidó de mala manera la hucha conseguida gracias, todo hay que decirlo, a su eficaz gestión anterior. 
Ahora, como ya se ha dicho, hay que empezar de nuevo. No es mal punto de partida hacerlo habiendo llegado a semifinales de Copa, y pudiendo entrar otra vez en competición europea, aunque sea de carambola, dos circunstancias a las que nos hemos habituado en los últimos años. Hay que volver al discurso de la humildad que tanto se ha echado en falta últimamente, cuando todos hemos ido viendo palpablemente que la cosa iba para abajo. Puede que sean las exigencias de ser el mejor equipo de Andalucía. En cualquier caso, que nos quiten lo bailao.

sábado, 1 de junio de 2013

UN PASEO POR EL ALJIBE


Como habíamos previsto, el domingo 19 de mayo salí con unos amigos a dar una  vuelta por la montaña. El objetivo era alcanzar la cima del Aljibe, situada a 1091 m de altitud en el Parque Natural de los Alcornocales, en el límite de las provincias de Cádiz y Málaga.
Llegamos por Jerez de la Frontera y Alcalá de los Gazules, feudo tradicional del socialismo andaluz -que incluso ha dado a España ministra de imperecedera memoria- donde pudimos observar una de las obras emblemáticas que caracterizan a este régimen: un costeadísimo carril bici… que no lleva a ninguna parte.
Desde Alcalá nos dirigimos hacia el puerto de Gáliz. A la salida del pueblo pudimos divisar fugazmente nuestro destino, perdiendo después su vista por el juego de curvas y contracurvas y la frondosa arboleda que rodea la carretera. Dentro del coche  sonaba en la radio la Consagración de la Primavera de Stravinski, y fuera la contemplábamos.
Al Aljibe puede accederse por dos rutas: la primera que encontramos en  nuestro camino es la que arranca desde el área recreativa del Picacho, desde donde puede accederse también al pico del mismo nombre. La dejamos atrás porque buscamos la ruta que transita por la aldea de la Sauceda, más al norte. Unos cuantos kilómetros y bastantes curvas más allá ya estábamos en el punto de partida de nuestra excursión a pie.
El bosque misterioso
Casi toda la ascensión, que iniciamos en una altitud de unos quinientos metros, va transcurriendo por un hermoso a la vez que inquietante bosque de quejigos y alcornoques, salpicado aquí y allá  de viejos ejemplares de formas complicadas y singulares. A poco de empezar, se llega al lugar donde estuvo la aldea de la Sauceda, refugio documentado de forajidos y bandoleros desde el siglo XVI. Hasta aquí vino Argote de Molina, que luego se quedó con una afamada calle en Sevilla,  a combatirlos. Siglos después, en la Guerra Civil, fue escenario de una sangrienta acción contra partidarios republicanos que allí se habían refugiado. Hoy sólo quedan los restos de una capilla y unas casitas recientes a modo de albergues, donde también se habrá gastado un dinero, y actualmente están abandonadas. Algunas tienen hasta camas. Quien no tenga miedo a los espíritus puede  pasar allí la noche.
La Sauceda
Continuamos la ascensión por el bosque sombreado y húmedo, en el que abundan helechos y musgos, y corrientes de agua que descienden por los canutos, cuyo rumor, junto al canto de los pájaros, se unen a la banda sonora de esta película. Como se sabe, un aljibe es una cisterna o depósito para recoger agua, y aquí no falta. De pronto, junto al principal arroyo que surca la ladera, aparecen los primeros ejemplares de rododendros, en pleno periodo  de floración. Mi afición al rododendro me viene de la época en que era lector asiduo del filósofo José Antonio Marina, gran amante y cultivador de este arbusto. Desde que supe que en estos bosques se encontraban algunos de los escasos y amenazados ejemplares silvestres en la península, lo marqué entre mis objetivos. Sus  flores de llamativo color rosado, agrupadas en ramilletes, ponen una  nota de exotismo entre los verdes y ocres predominantes.
Rododendros
Conforme se  gana altura van desapareciendo los rododendros. En este tramo, buena parte de la senda transcurre por los propios arroyos, lo que dificulta un tanto la marcha, y sobre todo hay que tenerlo en cuenta en época de lluvias. Es ya muy cerca de la cima cuando comienza a desaparecer la frondosa vegetación y es entonces cuando, mirando al sureste,  pudimos avistar Gibraltar. Aquí reinaba el viento de poniente del que durante la subida nos había protegido la propia montaña, y la temperatura cambió de repente, teniendo que hacer uso de la ropa de abrigo, hasta ese momento superflua. Ya prácticamente el camino es llano, salvo la última protuberancia rocosa que es donde se encuentra el vértice geodésico, Desde lo alto de estas rocas la vista es impresionante, aunque el viento pega fuerte. Desde el Torreón, en la sierra del Pinar, hasta el Jebel Musa, en la vecina África. Desde la bahía de Cádiz, al Torrecilla, en la Sierra de las Nieves. En los días auténticamente claros, nos contaron, se ven hasta los barcos en el estrecho. Será por eso que allá un poco más abajo hay un observatorio militar, para controlar por si acaso.
Las legendarias columnas de Hércules, vigiladas desde el observatorio militar.

Dicen que aquí estuvo y se bañó la reina Isabel la Católica, cuando anduvo por estas tierras luchando con los moros, en un sitio –oquedad excavada o formada naturalmente en la roca con forma de bañera- que le llaman por eso la pilita de la reina. Si la reina subió allí, que lo dudo,  desde luego no creo que lo hiciera para bañarse. Nosotros no vimos la pilita porque nos despistamos. Sí otras oquedades de más reducida dimensión que bien pudieran ser el bidet y el lavabo de la regia sala de baño.
Sanitarios de roca

         A la vuelta, para no pasar otra vez por donde Herodes, nos fuimos por Ubrique. Pero no vimos a Jesulín. Lo que a pesar de todo no empañó nuestra satisfacción por haber podido contemplar la belleza de los rododendros en flor.