sábado, 30 de junio de 2012

LA TORRE MORDOR-PELLI


Dos fueron esta semana los escenarios internacionales en que  nuestros máximos mandatarios a nivel nacional y local tuvieron que emplearse a fondo para defender los intereses de la nación y de la ciudad respectivamente.
Mariano Rajoy lo hizo en Bruselas, donde se batió bien el cobre junto con su aliado Mario Monti (mañana será otra cosa en al final de la Eurocopa). ¡Qué hubiera sido de nosotros en manos de aquél señor cuya mayor preocupación en este tipo de cónclaves era volver pronto a casa!
Juan Ignacio Zoido, por su parte, tuvo que fajarse de lo lindo en San Petersburgo para impedir que Sevilla fuera incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad en peligro. Lo hizo en defensa de la ciudad,  no de la Torre Pelli, que no es sino el capricho de los nuevos ricos del régimen socialista que nos asoló a los sevillanos, y aún sigue perjudicándonos en lo que puede  desde los despachos de la Junta,  personificados en dos tipos tan marcadamente horteras como Monteseirín y Pulido.
Tenemos que dar la enhorabuena al alcalde, por haber conseguido lo único que al parecer ya cabía, y el pésame a nosotros mismos porque  nada ni nadie nos salvará de tener que convivir con esa pesadilla en forma de edificio, esa invasión bárbara de nuestro espacio vital cuya molesta  presencia se hará inevitable en tantos puntos de nuestra geografía urbana. Ese monumento que para nada hacía falta, y que por tanto era perfectamente prescindible, como ha señalado en estos días especialistas de prestigio como Rafael Moneo o William Curtis.
A Sevilla, como se ha dicho en los periódicos,  le han perdonado la vida. Porque lo cierto es que la torre es de un impacto letal para su patrimonio monumental. Sólo quien no tenga ojos, o los tenga cegados por el fanatismo “progre”, puede negar la afectación visual negativa de esa mole que se yergue amenazante sobre la ciudad. La tenacidad y el trabajo del alcalde han conseguido sin embargo, de momento, evitar el desprestigio añadido que hubiera supuesto la decisión prevista en principio por la UNESCO.
Siempre se dice que sobre gustos no hay nada escrito, que es una cuestión por tanto bastante subjetiva. Pero nadie podrá discutir que la Torre  Pelli es monstruosa, cuando menos en el sentido de la acepción segunda del DRAE: excesivamente grande o extraordinaria en cualquier línea. Es un mazacote cuyo tamaño carece de cualquier tipo de proporción con el entorno, al que avasalla y oprime, imponiendo su descomunal presencia. Por eso  me recuerda a  la Torre Oscura de Mordor, la fortaleza de  Sauron, el señor de la lúgubre  tierra del mal en la novela El Señor de los Anillos. Barad dûr, su nombre en sindarin, es descrita por Tolkien como de una escala tan gigantesca que era casi irreal, inmensamente poderosa y de  pináculos “más negros y tenebrosos que las vastas sombras de alrededor….”
A los que la  defienden por su supuesta contribución a la modernización de la ciudad  –que no habrán leído “Los cielos que perdimos”, ni sabrán quién fue Romero Murube-  les pregunto: ¿no podría  vuestra modernidad ser menos agresiva?  

miércoles, 27 de junio de 2012

EUROPA ES PARTE DEL PROBLEMA. TAMBIÉN DE LA SOLUCIÓN


España vive una situación económica complicada fundamentalmente debido a determinados excesos cometidos en nuestro pasado reciente. Incluso el dirigente político que más contribuyó a esto -¿adivinan quién?- ha reconocido en estos días que sufriríamos ahora menos si hubiéramos ahorrado más en los últimos años. Pero nuestra particular problemática se enmarca a su vez en una crisis financiera mundial, que actúa como detonante. Y se ve condicionada al mismo tiempo por nuestra pertenencia al euro, que, como todo en esta vida, tiene muchas ventajas, y ha reportado importantes beneficios a nuestra economía, pero también tiene inconvenientes.
A estas alturas de la película  creo que nadie puede discutir seriamente que el euro está mal hecho. Que la unión monetaria europea es un edificio mal diseñado y peor construido. Poco más o menos que una chapuza. Una buena idea, pero mal ejecutada. Curiosamente nadie, por ahora, se pregunta de quién o quiénes es esa responsabilidad. El éxito tiene muchos padres. El fracaso, o cuando menos los errores, ninguno. Algún día tendremos que aclarar las cosas en este sentido. Lo que parece indudable por el momento es que los problemas de la zona euro lo son en parte por los de determinadas economías nacionales, pero también por la falta o insuficiencia de mecanismos comunitarios para dar respuesta conjunta a los mismos. Porque la crisis financiera que origina  toda esta tormenta es global, y sin embargo los problemas de nuestra moneda, hasta el punto de cuestionarse su superviviencia,  no los sufren otras como el dólar o la libra esterlina.
De nuestros errores particulares somos responsables nosotros, y a ellos tenemos que hacer frente. Pero estos errores confluyen con otros que son imputables al proceso de construcción europea, del que son responsables todos los estados miembros de la Unión. Es por tanto exigible que todos contribuyan también a solventar la crisis, y no se pongan tan estupendos algunos, cuando hace una década eran ellos los que no cumplían con los límites de déficit.
La solución, llegado este punto, no puede ser acabar con el euro y con el proyecto europeo. Supondría un retroceso enorme en nuestras economías, y consiguientemente, en nuestras posibilidades de desarrollo futuro. Antes bien ha de llegar por la vía de una mayor integración   y de una mayor fortaleza de las instituciones comunitarias. No es momento de lamentaciones del estilo “si no hubiéramos entrado en el euro”, porque el hecho es que entramos y ello nos reportó un desarrollo que de otra forma probablemente no hubiéramos tenido. Ahora hay que apretar los dientes y continuar el camino, corrigiendo los errores que pudieran haberse cometido en el pasado. Y en esto tendrán todos que poner de su parte, y no cargar exclusivamente sobre los que en peor situación estamos, como si los culpables fuésemos exclusivamente nosotros. Esperemos que los líderes reunidos en la trascendental -una más- cumbre europea de esta semana   tengan la clarividencia y amplitud de miras necesaria para ello y sepan enderezar el rumbo hacia la meta que mejor garantice nuestro futuro, aunque sea a costa de los sacrificios del presente.

lunes, 25 de junio de 2012

LA MÚSICA DE UNA NOCHE DE VERANO

              Anoche, más de veinte mil personas asistieron, bajo una incesante lluvia,  en el Waldbühne de Berlín -unos cuantos más lo hicimos a través de la red, cómodamente desde casa, pero sin la misma magia- al  concierto que por estas fechas ofrece en tan singular escenario (el Teatro del Bosque) la Orquesta Filármónica de Berlín. Contó con la dirección del letón Andris Nelsons y el programa estuvo íntegramente dedicado a Tchaikovsky. Los que quieran verlo en diferido, están a tiempo de hacerlo en ARTE LIVE WEB. Creo que les gustará.



En Sevilla contamos con una magnífica orquesta sinfónica, y con un espacio al aire libre como es el Auditorio Rocío Jurado, idóneo para este tipo de conciertos populares. Y además no suele llover en verano (no llueve casi nunca, salvo en Semana Santa). Me pregunto ¿se molestaría la Sra Merkel si le copiamos la idea? ¿Pesa tanto el diferencial con el bono alemán como para que no podamos tener algo parecido aquí? Sí, ya sé que tenemos las Noches del Alcázar. Pero donde se ponga un concierto sinfónico… Además, ¿no queremos que Sevilla sea “ciudad de la música”? Me de la impresión de  que un evento de este estilo nos daría en ese sentido un poquito más de nivel que la Operación Talento.











viernes, 22 de junio de 2012

CUADERNOS NO, BLAKBERRYS SÍ


El delirante concepto ideológico que de la educación tienen los mandamases de la Junta de Andalucía, que nos lleva a los peores resultados educativos de nuestro entorno, llega en estos días al paroxismo con algunas de las normas que se quieren imponer para el curso venidero.

Veamos: así que la Junta puso en marcha hace unos años lo que llaman el  “programa de gratuidad de libros”. Para empezar los libros no son gratuitos, lo que es gratuito es su préstamo, como ocurre por ejemplo en cualquier biblioteca pública. Te lo dan en septiembre y en junio hay que devolverlo impoluto. Pero claro, esto conlleva aparejado una serie de limitaciones en su uso que redunda en perjuicio de la educación de los niños, ya que no pueden hacer algo tan elemental para un estudiante  como es subrayar, hacer anotaciones, repasar en verano, etc.  El libro sólo mirarlo, y a ser posible poquito, para que no se gaste mucho y dure más.
A mi el sistema me parece infumable, de un igualitarismo empobrecedor y un estatalismo que asusta. El estado, en este caso la Junta de Andalucía,  cada vez avanza más en el control de la educación. Se convierte no sólo en regulador y garante de que todos tengan acceso a este derecho constitucional, sino que pretende asumir el papel de único educador. De ahí que les moleste tanto la libertad de educación, el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos y las escuelas de iniciativa social (no sólo católicas) y que toda su obsesión sea atosigarlas para que, si es posible, desaparezcan.
Para los más recalcitrantes, si por ellos fuera, también desapareceríamos los padres y las familias, que somos una forma burguesa de perpetuación de las desigualdades, por más que ellos, a la hora de colocar dedo, de lo primero que echan mano  es de su parentela. De los niños se haría cargo directamente el estado, para que todos crezcan igual, al modelo totalitario espartano. Pero de momento se conforman con mantenernos controladitos: nos impiden en muchos casos que nuestros hijos acudan al colegio de nuestra elección, nos obligan a aguantar que se les impartan asignaturas con contenidos contrarios a nuestras convicciones, etc. Con esto de la gratuidad de los libros se trata de hacernos ver que el derecho a la educación de nuestros hijos no es ya una responsabilidad nuestra, sino una prebenda más que reparte gratuitamente papá estado a toda su prole.
Precisamente en parte para superar las limitaciones indicadas, los libros “gratuitos” son en muchos colegios complementados con otro tipo de materiales, que sí pagan los padres. Pues ahora la Junta, siempre tan celosa de cuidar nuestros bolsillos, quiere imponer obligatoriamente que no se exija material escolar que no esté incluido en el programa de gratuidad. La excusa es no crear desigualdades con respecto a aquellas familias que no pudieran pagarlos. “No estigmatizar”, habría que decir en lenguaje progre. ¿No sería más lógico quitar el “gratis” total, y ayudar aquellas familias que realmente lo necesiten? ¡Ah no! que entonces algunos podríamos dejar de estarles agradecidos por todo lo que hacen por nosotros (con nuestro dinero, por cierto).
Así que tendremos la llamativa y sonrojante  paradoja de que los niños no podrán llevar al cole cuadernos “de pago”, pero sí los teléfonos móviles y las  blackberrys, para los cuales al parecer los padres sí tienen dinero.

sábado, 16 de junio de 2012

ZOIDO, PRESIDENTE


La semana política en Andalucía se abrió el lunes con el anuncio  de la decisión de Javier Arenas de abandonar la presidencia regional  del Partido Popular. Sorprendió la noticia pues, aunque se esperaba un relevo en la cúpula popular andaluza,  no se atisbaba que este fuera a producirse de una manera tan inminente y un tanto abrupta.
Es cierto que, a pesar de ganar los últimos comicios, el hecho de no haber podido rentabilizar la victoria alcanzando el sillón presidencial de la Junta, parecía confirmar la tesis – en mi opinión tan real como de injustificado fundamento- de la existencia de un techo insuperable  para el Partido Popular con Arenas  como cartel electoral. En  consecuencia  parecía casi  inevitable el relevo. Pero también parecía imponerse la idea de que fuera el propio Arenas -que, miserias de la vida, ya ha dejado de ser el Javié al que todo el mundo se arrimaba- quien pilotara la transición hacia el nuevo liderazgo.
Al final no ha sido así. Pero el recambio, apuntado con discreción por el presidente saliente, no ha tardado en fraguarse. De entre todos los candidatos posibles a la sucesión, Juan Ignacio Zoido es sin lugar a duda alguna, a día de hoy, el que más condiciones reúne, tanto por méritos electorales como por el consenso que su figura concita en todos los ámbitos del partido. Puede decirse pues que es un tema bien resuelto y de forma rápida para evitar la desorientación del partido.   
Lo único que puede objetársele a Zoido es su acumulación de cargos, pero él ya ha anunciado que renunciará a la presidencia de la FEMP.  Conviene al respecto recordar –sobre todo al sr. Espadas, a quien tanto parece preocupar este detalle- que el presidente nacional del Partido Popular es actualmente el presidente del Gobierno de España, y que el secretario general del PSOE-A, y también presidente federal de su partido,  es el presidente de la Junta. No tiene pues por qué haber dejación de Sevilla por el desempeño de esta nueva tarea.
Ahora bien, una cosa es la presidencia del partido y otra distinta la candidatura en la próxima contienda electoral andaluza. Por mucha prisa que tengan los periodistas en dar titulares, creo que esta es una segunda cuestión que debe ser aparcada de momento. Lo normal sería trabajar primero en la renovación del partido –no va a ser cuestión de que se vaya Arenas y se queden todos los demás que le han acompañado en su exitosa pero insuficiente trayectoria- y sólo después pensar en elecciones. En esa tarea de renovación –que no tiene que ser una catarsis, pero sí una operación  quirúrgica a llevar a cabo con inteligencia-  estoy seguro que pueden encontrase líderes, hasta ahora en segundo plano, que puedan barajarse junto con Zoido para  elegir quién pueda ser el próximo candidato popular a la máxima magistratura de nuestra comunidad autónoma.
Sólo una vez culminado ese proceso debería empezar a pensarse en otras cosas. Claro, se me dirá,  que todo esto viene condicionado por el calendario electoral. Pero a día de hoy, una vez bien acomodadas todas las familias –nunca mejor dicho- del bipartito, yo no aprecio síntoma alguno para pensar en adelantos electorales. No hay nada que una más en política que el disfrute del poder.
Así que despacito y buena letra. El Partido Popular se juega mucho en este envite. Pero también toda esa parte de la sociedad andaluza que no se conforma con lo que hay y sigue soñando con la posibilidad de una alternativa para el futuro. No es por tanto cuestión de hacer las cosas rápido, cuando no hay prisas, sino de hacerlas bien.

martes, 12 de junio de 2012

EL RESCATE QUE NO ES RESCATE....O SÍ.


Aquí andamos, todavía deshojando la margarita si lo que se fraguó en la videoconferencia del Eurogrupo el sábado fue un rescate o no. Rescate..no rescate,  rescate….no rescate,  rescate…
Confieso que cuando me puse a escribir el sábado por la mañana, todo eran malos presagios acerca de lo que podía salir de la anunciada reunión. Yo esperaba una cornada fuerte. Pensaba incluso en un nuevo noventa y ocho. Cuando ya a última hora de la tarde se empezaron a saber los resultados -los definitivos parece que tardaremos aún en conocerlos, porque esto va lento- comenzó la disputa terminológica. Lo cierto es que me sentí más aliviado. Ya en aquél momento aposté por un término: #norescate (para los que no lo conozcan, fórmula tuitera) Luego se han conocido nuevos detalles que me hacen dudar.
Lo que es indiscutible es que esta operación  tiene poco que ver con las llevadas a cabo en Grecia, Irlanda o Portugal, que son el referente que tenemos como rescate humillante, en el que en los países afectados se impone una especie de protectorado económico que afecta gravemente a su soberanía nacional. Esto era lo realmente temido y lo que se pretendía  por parte de algunos países de la Eurozona. Por eso me agarré al siguiente criterio: si hay troika es rescate, si no hay troika no es rescate.
Al final troika, lo que se dice troika, no va a haber, pero a lo peor hay una troikita, limitada a controlar lo que se hace en el sector financiero. ¿Podríamos llamarlo entonces  rescatito?
Por lo demás parece que el Gobierno, no sin dificultades y presiones,  sacó un buen acuerdo, dadas las circunstancias del momento, obteniendo una financiación necesaria en condiciones ventajosas. Por mucho que quieran ensombrecerlo los agoreros interesados, esto es difícilmente refutable.  Desde el punto y hora que se decide acometer de una vez por todas el saneamiento de nuestro sistema financiero, el dinero para llevarlo a cabo hay que sacarlo de algún sitio, y en los mercados estaba imposible. Hay quienes cuestionan la ayuda porque niegan que haya que salvar a la banca con dinero público, pero este es otro debate. Por otro lado están  los que andan todo el día quejándose de la tiranía de los mercados y ahora protestan también por las condiciones que pueda imponernos la política europea. ¿En qué quedamos?¿Tragamos con los mercados o buscamos otras vías? ¿O es que pretenden que el dinero, unos u  otros,  nos lo regalen?
Porque condiciones al préstamo las hay, eso está claro, puesto que ya las había  antes, y las va a seguir habiendo: cumplir con las reglas de la unión económica y monetaria y los objetivos de déficit. La diferencia está en si nuestros socios confían en que nuestro Gobierno cumpla esas reglas, o no se fían, y entonces toman ellos directamente las riendas. De momento han dado un nuevo margen de confianza y un espaldarazo a lo hecho, pese a algunos patinazos, hasta el momento. Pero que nadie piense que  nos podemos parar aquí. Ahí está la prima, la tía, que no baja,  para recordarlo. Son muchas aún las reformas pendientes, hasta hacer un estado verdaderamente viable, que preste los servicios necesarios  sin asfixiarnos a los ciudadanos con exigencias impositivas y que permita a los inversores recuperar la confianza en nuestra economía. Para ello hay mucha grasa que quitar y mucho músculo que definir. Dicen que Rajoy hace deporte todas las mañanas. Después del susto de la situación crítica vivida el sábado, tiene que seguir haciéndolo. No sea que a pesar del balón de oxígeno recibido, dentro de unos meses tengan que venir de verdad a hacernos un rescate con todos sus avíos.

sábado, 9 de junio de 2012

HUELE A HULE

Tras una semana, la anterior, en que vivimos angustiados por la imparable caída de la bolsa, simultánea a la subida de la prima de riesgo, en esta que ahora acaba parece que la tranquilidad volvió a los mercados. Sin embargo todo indica que no se trata más que de la calma que precede a la tormenta final.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno por evitarlo, parece que vamos necesariamente a tener que ser rescatados de alguna forma, con lo que ello supone de pérdida de soberanía y de prestigio nacional. Sobre todo de esto último, ya que en realidad hace tiempo que muchas de las decisiones  políticas nos vienen marcadas desde fuera.
Puede que no sea el rescate de los hombres de negro (según dijo Montoro) pero parece que nos hemos dejado llegar los pitones del toro demasiado cerca de la taleguilla, a pesar de los muchos avisos cautos desde los tendidos,  y la cornada no nos la quita nadie. A lo mejor son unas dulces enfermeras las que vienen a curarnos las heridas, pero esto huele a hule de enfermería.
En la prensa especializada se ha especulado sobre las medidas que pueden imponer los rescatadores rescatadores. Lo cierto es que no todas, pero sí muchas de ellas teníamos que haberlas tomado nosotros, más rápido y más profundamente de lo que se ha intentado hacer. En muchos casos no se trata más que de recetas de ortodoxia económica, por lo que por más que duelan al principio serán lo mejor de cara al futuro.
Es por eso quizá que incluso en días pasados hubo quienes intentaron desdramatizar el rescate. Y es que lamentablemente, muchos de nuestros políticos, sabedores de cuál es la cirugía necesaria, no se atrevieron a aplicarla por propia iniciativa, prefiriendo dejar esa responsabilidad a otros. Se habló incluso de que dentro del Gobierno hay quien apoya esta opción. En cualquier caso no nos engañemos: el rescate siempre será peor que el haber hecho las cosas autónomamente, porque lo que prevalecerá ahora serán los intereses de los acreedores.
En este maremagnum de dimes y diretes,  hasta se llegó a enseñar el piquito de la muleta de la salida del euro. Una especie de reacción patriótica  -“si no nos quieren, nos vamos”-, que ha sido aplaudida incluso en círculos que considero con cierta solvencia. En mi opinión sin embargo, a día de hoy, es la peor de las opciones, pues supondría en primer lugar la devaluación aproximada de un cuarenta por ciento de nuestros activos, y en segundo lugar quedar definitivamente abandonados en manos de políticos manirrotos que ahora tendrían además la herramienta de las devaluaciones y de la inflación para seguir empobreciéndonos a los ciudadanos, todo con tal de no desmotar el tinglado monstruoso en que se ha convertido nuestro aparato estatal, que sin embargo tanto les aprovecha a ellos para mantener su status.
Por si alguna duda cabía al respecto, baste saber que quien con más ardor ha defendido esta última  opción entre la clase política es nada más y nada menos que D.  Gaspar Llamazares. Si no hay más remedio, prefiero en todo caso a las enfermeras (o enfermeros), que al doctor.

miércoles, 6 de junio de 2012

¡EL CATÓN, DOÑA SUSANA!



         La comisión parlamentaria de investigación de los ERE, a la que el PSOE se opuso pertinazmente en la pasada legislatura, y que se ha visto forzado a aceptar ahora a regañadientes en virtud de los resultados electorales, lleva el camino de acabar, como siempre ocurre en estos casos cuando  andan por medio los trileros de la política,  en una engañifa.
        Para empezar,  la Junta ya  ha expresado su oposición  a la comparecencia en la comisión de Chaves y de Griñán. Ha dicho la sra. consejera de Presidencia,  Dª Susana Díaz, que no hay motivo alguno para ello porque el informe de la Guardia Civil recientemente conocido que apunta a sus responsabilidades  está  lleno de falsedades y suposiciones  –respeto institucional por la investigación policial se llama esto-  y porque, insiste,  los miembros del Consejo de Gobierno no han tenido nunca conocimiento de las posibles irregularidades cometidas.
       Estas justificaciones demuestran que o bien Dª Susana es una total ignorante en cuestiones de delimitación de las responsabilidades penales y políticas, o bien que  nos toma a los demás por analfabetos en la materia.
       Verá, Dª Susana, yo por si acaso se lo voy a intentar explicar de una manera muy sencilla, porque es que esto está en el catón  de lo que es un sistema democrático y de separación de poderes. El valor inculpatorio  que tenga el referido informe de la Guardia Civil lo determinará la juez  que está instruyendo la causa criminal, a la que usted de momento ya está intentando condicionar indebidamente con sus manifestaciones. Si aprecia indicios racionales de que los sres  Griñán o Chaves tuvieran conocimiento de los fraudes que se estaban cometiendo, proseguirá los trámites para su imputación penal, y si no, los dejará en paz. Pero la comisión parlamentaria tiene otro objetivo, que es dirimir las responsabilidades políticas (que pueden ir unidas a las penales, o no). Y si  es, como usted dice, cierto que ni Griñan ni Chaves tuvieran conocimiento de lo que se estaba manejando ante sus narices, podrán no tener responsabilidades penales, pero políticamente tendrán que dar explicaciones acerca de cómo es posible que haya un ex consejero y un ex director general de la Junta en la cárcel, y ellos, como presidente o como consejero de Hacienda, no tuvieran noticia alguna del asunto. Motivo por el cual su comparecencia en la susodicha comisión está plenamente justificado. Es más, es que a estas alturas de la película es lo único importante que queda por despejar, ya que todo lo demás se ha ido conociendo gracias a la labor de la juez Alaya.  ¿O es que vamos a empezar ahora a investigar si hubo o no infiltrados, o si se saltaron o no los controles para la concesión de ayudas, o cuál fue el destino indecente de algunas de ellas?
     ¿Lo entiende,  Dª Susana? La responsabilidad penal, al Juzgado. La responsabilidad política, al Parlamento.
      A ver, Dª Susana, la “m” con la “a” “ma”, la “m” con la “e” “me”….   


lunes, 4 de junio de 2012

LOS PROFESORES CHIFLADOS


Es probable que no muchos recuerden quién es Jerry Lewis, el actor cómico americano que en los años cincuenta del pasado siglo hiciera pareja  con Dean Martin, formando uno de los dúos cómicos más exitosos de la historia del cine, para después continuar su carrera en solitario, con similar éxito dentro del género.
Hacía unas películas desternillantes, de las que no se hacen ahora, aunque de un humor bastante elemental. Una de ellas se tituló  “El profesor chiflado”, aunque seguramente las generaciones más jóvenes la que conozcan no sea aquella versión original de la película, sino el remake protagonizado por el más actual  Eddy Murphy a finales de los noventa.
Aunque el argumento de la película no tenga nada que ver con esto, la idea del profesor chiflado  es lo primero que se me ha venido a la cabeza cuando he leído la noticia de que docentes de la US y de la UPO barajan la posibilidad de paralizar la selectividad, negarse a firmar las actas de evaluación del curso presente, o no comenzar el próximo, en tanto no se deroguen las normas recientemente aprobadas por el Ministerio de Educación, entre  otras lindezas por el estilo.  
Yo no se si estos tipos valoran, por ejemplo,  el daño que hace a tantos chicos que están estos días preparándose para una prueba tan importante en su carrera académica como la selectividad, el mero hecho de anunciar la posibilidad de suspender o retrasar los exámenes. Supongo que a ellos eso les importa poco porque están en otra cosa: la lucha política o la simple defensa de sus privilegios. Pero lo que verdaderamente parece es que han perdido la chaveta. Como el de la película,  aunque con menos gracia. De tal manera que la sociedad podría llegar a cuestionarse en manos de quiénes está dejando la formación de sus futuros dirigentes.
         Afortunadamente hay otros colectivos de profesores con más sensatez, y también con más madurez, como son los agrupados en torno a la  Asociación Rector Machado y Núñez , entre otros, que aún estando en desacuerdo con determinados aspectos de las medidas del Gobierno, rechazan las fórmulas disparatadas de protesta a las que estamos asistiendo estos días en SevillaEsperemos que finalmente sea el buen juicio el que se imponga.

sábado, 2 de junio de 2012

LA CARTA DE FRANKFURT



Podría ser el título de una novela de espías, luego llevada al cine exitosamente por el Tom Cruise de turno. O de un thriller político-económico de altos vuelos. La carta de Frankfurt  a que yo me refiero tiene más bien que ver con esto último. Es la que, con carácter confidencial, el  entonces presidente del BCE, Jean Claude Trichet, envió al a la sazón presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero, y en la que se marcaba la ruta que inexcusablemente había de seguirse para que la institución con sede en la ciudad del Main continuase apuntalando la insostenible situación de la deuda española. De la existencia de esa carta, y de su contenido, ya sabíamos algo, pero ha sido ahora el periodista Mariano Guindal quien en su libro de reciente publicación  "Los días que vivimos peligrosamente" la ha desvelado en su integridad. La carta tiene una importancia trascendental para entender lo que estamos viviendo hoy. La primera conclusión indudable  es que estamos intervenidos de facto, algo que ya intuíamos. Claro que eso no es sino el precio de pertenecer a un club exigente y haber incumplido sus reglas.
La carta fue enviada el 5 de agosto pasado, pocos días después de que ZP hubiese anunciado la convocatoria anticipada de elecciones, pero demorándolas irresponsablemente hasta el 20N. En ella el BCE  centraban sus exigencias  en tres cuestiones: el compromiso de limitación de déficit, la reforma laboral y el control de las descontroladas cuentas de autonomías y ayuntamientos.
Zapatero hizo la primera, mediante la reforma exprés de la Constitución, pero no estuvo dispuesto a acometer  las otras dos, ¡total, el ya se iba! Rajoy por su parte apoyó sin fisuras la reforma constitucional y nada más llegar al gobierno se apresuró a afrontar la reforma laboral y a acometer el control de las finanzas autonómicas. Por eso la semana pasada, tras la celebración del Consejo de Política Fiscal y Financiera, y ante la falta de respuesta positiva por parte de los mercados,  el discurso era  “hemos hecho lo que teníamos que hacer, ahora le toca mover ficha a otros”. Sin embargo los otros  siguen pensando que  no es bastante .
Llama la atención que la mayor parte de las peticiones de la autoridad monetaria europea iban referidas a la reforma laboral (negociación colectiva con efectiva descentralización de la negociación salarial, abolición de las cláusulas de indexación de los salarios con  la inflación, adopción de medidas especiales para alentar la moderación salarial, creación de un contrato de trabajo excepcional con un coste de despido muy bajo durante un período de tiempo delimitado, ...).
Puede decirse que todas ellas fueron atendidas en el RDL 3/2012 de 10 de febrero,  recibido con rechazo sindical y que provocó la huelga general del 29M. Hoy sabemos por tanto con certeza que si los sindicatos persisten en su empeño de echar atrás la reforma, tendrán que ir a manifestarse a Bruselas o Frankfurt, y no a Madrid. Aquí queda poco margen de maniobra. O a lo mejor es que prefieren que seamos rescatados o que quedemos directamente fuera del euro y de la Unión Europea. No digo que el Gobierno no crea en su reforma –ya hay por ahí  estudios que auguran su éxito tan pronto la economía repunte un poco-  pero tampoco es que tuviera mucha opción. La reforma pues, como otras medidas adoptadas,  era necesaria y seguramente conveniente. La duda que ahora nos asalta es si ha sido suficiente. A día de hoy parece que no.